Ante la traición, me casé con el padrino
Diego llegó tarde a nuestra boda.
Cuando finalmente apareció, entró al salón tomando del brazo de Liliana con
delicadeza.
Traía puesto el traje de padrino, mientras que el de novio había sido abandonado
en el sofá como si fuera un trapo viejo.
—Diego, cpor qué te pusiste..? —comencé a preguntar.
—ilnés! —me interrumpió bruscamente, con la mirada alerta—. Piensa bien lo que
vas a decir. Sé generosa, y no me hagas odiarte.
Sonreí, decepcionada.
Como Liliana Martínez, su primer amor, había perdido la memoria, habíamos
quedado atrapados en el juego de ayudaria a recuperarse.
Teníamos que esconderle todo lo malo y trataria con cuidado, evitando cualquier
cosa que pudiera alteraria.
Diego se acercó a mi y me abrazó con ternura.
—Inés, epuedes entenderme? me susurró al oído, antes de darme un beso ligero.
Obedecí, le agarré la mano al padrino y caminé hacia el altar del matrimonio junto
aé.
El otro dia, me encontré a Diego en un centro comercial mientras yo compraba
cosas para nuestro bebé que iba a nacer.
Me detuvo, y sus ojos, enrojecidos, se clavaron en mi vientre:
—Inés.. Todo esto era una farsa, 4no? gPor qué estás embarazada?