---- golpeando la mesa con el tenedor, perdiendo completamente la compostura-. Cuando madurards? No entiendo cémo pude criar a una hija tan egoista, fria e irrespetuosa... ;Cémete el pastel y pidele perdén a Ivana yal Elsa alcanzo a ver el asco en los ojos de su padre. Ya habia tomado la decisién de irse, pero igual le dolié Las manos le temblaban. Apreté el borde de su blusa con fuerza, tratando de sostenerse, y, con la voz seca y apenas un hilo de aire, murmuré: =2Y sino lo hago? Apenas dijo eso, sintié una bofetada cruzarle la cara, antes de que Eduardo, sin darle tiempo a reaccionar, tomara el pastel y lo empujara con fuerza contra la cara Todo pasé tan rapido, que Elsa ni siquiera alcanz6 a defenderse. La lengua se le entumecié, el pecho le ardia, las piernas no le respondieron... y se desplom6. -jElsa! {Estés bien? ¢Llamo una ambulancia? -pregunté Ivana, fingiendo preocupacién -Déjala -dijo Eduardo, seco-. Esta fingiendo. wee Las voces caéticas le zumbaban en los oidos. Elsa, casi arrastréndose, logré llegar a su habitacién, en donde abrié el cajén de su mesita de noche, sacé las pastillas y se las metié en la boca, antes de usar su Ultimo resquicio de fuerza para llamar a emergencias. Con la mirada perdida y el rostro vacfo, se qued6 mirando el techo. ---- «Ya casi», pensé. Solo diez dias més. Y por fin podria marcharse de esa casa fria, dejando atrés a toda esa gente podrida... a la familia que ya no sentia como tal, a esos amores falsos que solo habian sabido decepcionarla, e irse a un lugar en donde nadie la conociera... Donde, al fin, pueda empezar de nuevo.