---- Capitulo 3 Al cruzarse con esa mirada vacia, bajé los ojos. Pero, en cuanto recordé que Ivana estaba internada, apreté la mandibula, se dio media vuelta y salié sin decir nada Alberto se quedo helado al verlo irse asi. Llevaba tiempo sintiendo algo por Elsa, pero siempre habia sido consciente de que estaba con ese novio de todo la vida..., a quien conocia desde la infancia. Por lo que decidi6 tragarse todo lo que sentia y lo guard6 bien, como siempre. Durante mucho tiempo habia envidiado ese hombre que ni siquiera conocia. Pero nunca, ni en sus peores pesadillas, imagino que, justo cuando Elsa mds lo necesitaba, él elegiria irse con otra La herida del brazo seguia sangrando, pero Elsa ni siquiera se inmuté. Seguia ahi, ida, con la mirada perdida... como si estuviera en otra parte. Y, verla asi, no hizo mds que apretarle el pecho. Alberto no podia imaginar cudnto la habia roto Nelson... para que ella, que siempre sonrefa, terminara asi: apagada, sin alma. -Elsa... voy por unas gasas -dijo, antes de salir de la habitacién. Un momento después, luego de curarle la herida, Elsa le pidié que la ayudara a tramitar el alta. Antes de salir, Alberto le tocé el brazo con cuidado. Sabia que en la casa de los Lima ya no quedaba sitio para ella, y, si no tenia donde ir, él estaba mas que dispuesto a ofrecerle cobijo por unos dias. Podia cuidarla... si ella lo permitia. Pero Elsa solo le devolvié una sonrisa triste y nego con la cabeza... ---- No queria arrastrar a nadie mas con ella. ered Cuando volvié a la casa de los Lima, le llegé un mensaje de Eduardo. «lvana acaba de salir del lavado géstrico. Necesita compafiia, asi que hoy no volvemos.» «Hay comida en la cocina. Caliéntala cuando llegues» Lo que habja en la mesa eran restos frios y una sopa sin gusto. No era ni de lejos una cena pensada para ella, sino los restos de la de Ivana. No obstante, Elsa ni se inmut6. Después de todo, ya ni valia la pena decir nada. A esas alturas, nada le sorprendia. Desde que Ivana habia llegado a la casa, Eduardo solo tenia ojos para ella. Decia que la pobre se habia criado en el campo, que nunca habia comido bien, y que, por eso, a ella siempre habia que darle lo mejor. Y, claro, como Elsa era la mayor, le tocaba hacerse a un lado, callarse y aguantar. Ella nunca habia sido de hacerse notar, ni de pelear por lo suyo. Solo miraba, callada, mientras, despacito, Ivana iba quitandole todo. Hasta se habia apropiado de su cuarto. Por lo que Elsa, dormia arriba... en el altillo, con goteras y una cama tan dura como una piedra Quizés para Eduardo, Ivana, tan dulce y complaciente, era la hija que siempre habia querido. Justo cuando pensaba esto, la puerta se abrid dando paso a Gustavo, quien entré con una bolsa en la mano. Al verla, frené de golpe y bajé un poco la mirada. La expresién se le ---- cerré enseguida. Era evidente que ya no intentaba disimular nada. -Vine por unas cosas de Ivana. Lo del bajio. Ah, y Nelson dijo que lo de ustedes ya fue. Que mejor terminen bien. Que Ivana esta mal otra vez y no la puede dejar sola. Ten, también me dijo que te devuelva esto -dijo, mientras sacaba una grabadora pequefia, que le puso en la mano. Era el primer regalo que Elsa le habia hecho a Nelson. De pequefia no tenia dinero para hacerle regalos caros, asi que habia estado medio afio juntando lo del desayuno para poder comprarsela. En ella le habia grabado una gran cantidad de canciones que a él le encantaban. Aun recordaba cémo Nelson, con los ojos llenos de lagrimas, la habia abrazado ese dia y le habia prometido que cuidaria toda su vida de ese regalo. Pero ahora... ni siquiera tenia el valor de devolvérselo él mismo.