---- Capitulo 8 Elsa no dijo nada. Subio al atico, el unico rincén que todavia era suyo, y se curé las heridas sola Cuando terming, se tiré en la cama, mirando fijo el cielo negro por la ventana. Queria que pasaran los dias rapido. Queria irse ya, lejos de esa casa fria Durante los tres dias siguientes, la familia Lima se dedicé por completo a preparar la fiesta por el ingreso de Ivana a la universidad. Eduardo, feliz con ella, incluso anuncié que iba a iniciar los tramites para adoptarla legalmente, diciendo, tan tranquilo, que Ivana valia cien veces mas que su hija. Llego el dia de la fiesta. Eduardo, que nunca habia ido ni a una sola reunién escolar de Elsa, se puso por primera vez un traje carisimo, hecho a medida, A Elsa ni la tuvieron en cuenta, como si no existiera. Pero, antes de salir, Ivana subié al atico y golpe6 la puerta. Ya no tenia esa carita dulce, ni una pizca de su falsa timidez. -Elsa... arrodillate y pideme perdén -ordené, con una sonrisa cruel -. Puedo convencer a papa para que te perdone. Al ver que Elsa ni se inmutaba, la sonrisa se le torcié todavia mas. -iSabes cual es tu problema? Que, aunque haces todo mejor que yo, no sabes agachar la cabeza. No sabes lamer botas. Pero yo si. Por eso vas a ver, con tus propios ojos, cémo me quedo con tu novio, con tu familia... y hasta con tu patente, -Se le acercé un ---- poco mas. ¢Y no te da vergilenza seguir viva? Asi... tan arrastrada. Ja, ja, ja, ja -se rio, sin fingir ni un poco. Ivana hablé mucho mas. Ya no le tenia miedo. Sabia que, aunque Elsa lo contara todo, nadie le creeria. Hasta que llego Gustavo a buscarla. Entonces, Ivana se fue con ellos, radiante... Lista para celebrar su gran dia. Cuando la puerta se cerré, Elsa se levanté despacio, sacé una grabadora encendida de debajo de la cama, y, con calma, presioné el botén de «detener grabacién». Ese también era el dia en el que dejaria la ciudad. Pero, antes de hacerlo, queria que todos vieran... el monstruo que habian criado con tanto orgullo. Media hora después, llegé el vehiculo de la Facultad de Medicina, y uno de los encargados noté que Elsa no llevaba maletas, sino un simple portarretratos entre sus brazos. -{No va a llevar equipaje? Ya es hora de partir. -No hace falta -respondié Elsa, abrazando con fuerza la foto de su madre. No queria llevarse nada mas. En el aeropuerto, sentada en la sala de espera, el sol le daba en la cara, y, por primera vez en mucho tiempo... sentia paz. Aquel era el comienzo de una nueva vida. Justo entonces, entré una llamada: era Nelson, Al volver al restaurante habia pedido revisar las cémaras de seguridad. Fue ahi cuando por fin lo entendi6... lvana se habia dejado caer sola. Elsa no habia tenido nada que ver. ---- -Después de la fiesta de Ivana... zpodemos vernos? Fui muy duro contigo y quiero pedirte perdén. Ah, y... olvidé tu cumpleafios. Te compré un regalo. Esta vez lo celebraremos bien, £si? El no tenia miedo de que Elsa no lo perdonara. La conocia demasiado bien. Elsa siempre habia sido asi. No importaba lo que hiciera... con un par de palabras bonitas, ella siempre terminaba perdonandolo. Pero esta vez... Elsa no dijo nada, y ese silencio lo incomods. Justo en ese momento, soné un anuncio por megafonia. Llamaban a embarcar. Al escuchar aquello, Nelson se quedé helado. -{Qué fue eso? {Donde estds? jElsa! Pero ya era tarde. Elsa le colgé sin decir nada, sacé la tarjeta SIM de su celular... y la partid en dos. Ya no le dolian los gestos falsos de carifio. Ni su padre ni su hermano ni ese amor de la infancia que la habia destrozado. No queria volver a ver a ninguno. Con ese ultimo pensamiento, Elsa se levanté y caminé hacia la puerta de embarque... sin mirar atras.