---- Capítulo 8 Roberto se detuvo, incrédulo, al verme. Instintivamente, me cubrí el rostro. Sentía que ya no podía mirar a Roberto a la cara. Después de un momento de estupor, Roberto se apresuró a cubrirme con su ropa. - Roberto, isabías que en tu pueblo siempre han tratado así a las damas de honor? - le pregunté con una sonrisa amarga, apoyándome en su pecho. Roberto se tensó y, sin darse cuenta, se alejó un poco de mí. - Carmila, eres tan inteligente... Pensé que podrías escapar - dijo con voz inexpresiva. Llamé a mi asistente y Roberto me ayudó a subir al auto. Mi asistente me miró preocupada: - Sefiora Camila, deberíamos ir a la policía a registrar la evidencia. jNo podemos permitir que la maltraten íl así! Roberto la interrumpió, mirándome con ojos ---- sombrios: - Carmila, si vas a la policía ahora, yo también me veré implicado. - Si voy a prisión, mi madre seguramente publicará las fotos. iCrees que alguien te querrá después de eso? Me quedé paralizada y volví a mirar a Roberto. É suavizó su tono, intentando consolarme: - Camila, no te voy a rechazar. Hagamos como si esto nunca hubiera pasado. Nadie lo sabrá. - éNo querías tener un hijo? Volvamos a casa e intentémoslo, áde acuerdo? - Pero... - mi asistente quiso protestar, pero la interrumpí. - Volvamos a casa - dije. No podía avergonzar a mis padres. Sin embargo, después de ese día, Roberto me demostró con sus acciones que me había mentido. Me repudiaba. Nunca más dormimos en la misma habitación. Incluso cuando llegaba temprano del trabajo y yo acababa de ---- salir de la ducha, esperaba a que se disipara el vapor del baão antes de entrar. Le daba asco tocarme. Ni siquiera soportabalas gotas de agua que habían tocado mi cuerpo. Hasta que un día, me abrazó superficialmente y dijo: - Me voy de viaje de negocios al extranjero por un tiempo. No me esperes. Entendí el significado de "no me esperes". Significaba que tampoco debía esperarlo cuando regresara. Efectivamente, al volver, compró otra casa en la ciudad y se mudó sin decir palabra. Dejamos de comunicarnos tácitamente durante mucho tiempo. Incluso le envié papeles de divorcio a Roberto. Quien vino con los papeles fue mi suegra: - Camila, no vamos a aceptar tu divorcio. f/Acaso no puedes obtener dinero de tus padres y quieres venir a por la fortuna de nuestro Roberto? Lo que mi suegra y Roberto no sabían era que mi propia empresa estaba a punto de salir a bolsa. No ---- necesitaba depender de mis padres y podía ganar más que toda su familia junta. No me hacía falta su miserable dinero. Entonces mi suegra sacó ese video otra vez: - Si insistes en ir a juício, este video debería ser suficiente para dejarte sin nada. No me importaba quedarme sin nada, pero no podía dejar que mis padres vieran eso y se preocuparan por mí. Al ver el video de nuevo, mi mente zumbaba. Cierto, si me divorciaba, écómo podría conseguir pruebas para hacer que toda su familia y su pueblo pagaran? Esbocé una sonrisa: - Está bien, no me divorciaré. Gastaré el dinero de mi marido, eso no es problema, iverdad? Mi suegra se rió con desdén: - Eso depende de si nuestro Roberto quiere gastar dinero en una mujer sucia como tú. Resultó que Roberto sí ganaba dinero. Nunca me controló cuando iba de compras. Solo me llamaba de ---- vez en cuando para regafhiarme un poco cuando gastaba cada vez más. Hasta esta vez, cuando gasté 800,000. Roberto me exigió directamente que lo devolviera todo.
