---- Capitulo 10 Después de la ceremonia de marcado, Teo encontré mis antiguos diarios. Se burlé de ellos, los llamo "fantasias patéticas de Omega'. 'Aun asi, los guardé. Me aferré a la esperanza, Pero el dia antes de abandonar su territorio. Encendi una hoguera ritual y los lancé uno por uno al fuego. Fueron cinco afios de amor unilateral, reducidos a cenizas. Y mientras ardian, no senti dolor. Solo alivio. Tal como ahora. "La disolucién del vinculo ya fue presentada ante el Consejo Alfa - le dije en voz baja, con mi loba tranquila y firme. -Pero ya no importa. Hemos cambiado de manada. Y segtin la ley ancestral, cruzar tertitorios con intencién hostil anula todo vinculo anterior. Sigues teniendo sentimientos por Sara y su hijo. Si quieres seguir jugando a la familia perfecta con ellos, hazlo. Pero mi hijo y yo no somos ni seremos la segunda opcién de nadie. Puede que alguna vez te haya amado, Teo, pero mi amor nunca fue barato. Mi loba te eligid, luché por ti y te esperd. Pero también aprendimos a caminar solos. Alejandro y yo ya no te necesitamos. Y atin mas importante, estamos mejor sin ti El rostro de Teo se descompuso, su lobo rasgando la superficie de su piel. Cayo de rodillas, convertido en una sombra del Beta que alguna vez fue. -iNo, por favor! {Todo fue un malentendido! -su voz se quebré por la desesperacién. Juré que entre él y Sara no habia habido nada ---- Que todo habia sido politica de manada, que su relacién era pura coincidencia, solo politica de manada. -Solo sent ldstima... Ella criaba sola a Marcos. El nifio necesitaba alguien que lo guiara. Tal vez... tal vez en algin momento me confundi. Pero ahora... jahora veo quién es realmente! Fue ella quien me traicion6. Acudié al Consejo Alfa. Expuso todo. Expuso cémo robé la pocién de Alejandro, cémo lo dejé arder mientras salvaba a su hijo. ;Quiere destruirme porque finalmente elegi a mi verdadera familia! -Por favor... -su lobo gimi¢, intentando alcanzar un vinculo que ya no existia-. Ahora sé a quién amo de verdad. Solo te quiero a ti. Sus ruegos eran cada vez més frenéticos. Pero yo di un paso atrds con frialdad, y mi loba permanecia tranquila, sin moverse. Agachandome a la altura de Alejandro, le pregunté suavemente: {Quieres perdonar a tu padre, carifio? Alejandro miré a Teo con ojos demasiado maduros para su edad. -No. Ya no tengo padre. Los otros cachorros tenian razén cuando me llamaban rechazado. Pero ahora esta bien. -Ser rechazado 0 no, no importa -lo abracé fuerte-. Me tienes a miy a nuestra nueva manada. Eso es mds que suficiente. Algo en los ojos de Teo se rompié por completo. El imponente lobo Beta estaba siendo derrumbado por sus propias decisiones. Sonrei con calma mientras me acomodaba las tunicas formales de sanadora. El hilo de plata marcaba mi nuevo estatus como Sanadora Jefa. ---- -Deberias irte, Teo. Los guardias fronterizos no seran compasivos contigo si te encuentran aqui. Revisé el reloj solar encantado de mi mufieca. -Tengo una consulta importante. Es un caso de intoxicacién por plata que tres territorios no han podido resolver. Me pagarén con oro y derechos territoriales. Estos ultimos meses en la manada de Ana nos transformaron a ambos. Me converti en su sanadora mas valiosa. Mis nuevos tratamientos para intoxicacién por plata estaban salvando lobos que los sanadores tradicionales ya daban por perdidos. Mi reputacién se extendid por los territorios, trayéndonos riqueza y respeto. Mientras tanto, el mundo de Teo se desmoronaba. Sara, resentida por su rechazo, fue al Consejo Alfa con pruebas de su traicién, que demostraban cémo robé la pocién inhibidora destinada a su propio hijo, casi matando a Alejandro para salvar a Marcos En una sola noche, el orgulloso Beta lo perdi todo. Su cargo, su estatus, el respeto de su manada. Pedian su exilio, que era el peor castigo que un lobo puede enfrentar. Pero yo ya casi no le prestaba atencién a esas noticias. Estaba demasiado ocupada construyendo nuestra nueva vida, entrenando a la nueva generacién de sanadores, desarrollando tratamientos que estaban revolucionando la medicina de manada. Viendo a Alejandro crecer en su poder, libre de la presion de ser el hijo perfecto de un Beta. Cada luna llena, como reloj, Teo intentaba cruzar nuestras fronteras.