---- Capitulo 8 Sara fingié preocupacién con un gesto bien calculado. -Teo, :qué pasa? Estas distraido. Cuéntame, quizds pueda ayudarte. Teo negé con la cabeza, y su voz soné mas pesada que nunca. -Las sanadoras me dijeron que Alejandro fue hospitalizado. Paso por su primera transformacién, sin la pocién. No puedo sentir a mi pareja a través del vinculo. Ni siquiera puedo contactarla por teléfono. Esa tarde, Teo ya no pudo quedarse quieto. -Necesito ir a verlos. Si Alejandro de verdad paso por el cambio solo... debieron estar aterrados. Pero antes de que pudiera moverse, Marcos lo abraz6 con fuerza por la pierna, -iNo! jNo me dejes, papa! Apenas acababa de despertar, pero con una sefial sutil de Sara, se eché a llorar de forma desgarradora, aferrdndose a Teo, como si su vida dependiera de eso. Sara supo actuar. Marcos, carifio... si tu padre necesita irse, déjalo... -iNo! -grité el nifio, entre sollozos. jLo necesito aqui! No voy a tomarme la pécima estabilizadora si se va! El rostro de Teo se contrajo. El instinto protector de Beta luchaba con una culpa que empezaba a hacerle grietas al pecho ---- Su asistente intenté intervenir, con la voz baja. -Sefior... no se atormente. Su pareja lo ama. Lo esperé cinco afios mientras usted estaba lejos, criando a Alejandro sola, creyendo siempre que volveria. Cudntos harfan eso? Por no responderle una vez... tal vez esté molesta, si, pero en cuanto entienda que fue por una emergencia con Marcos, lo perdonard. Teo asintié con la cabeza, sintiéndose aliviado al escucharlo. -Tienes razén. Mi pareja siempre ha puesto a Alejandro primero. Seguro solo esta esperando en casa. Hizo tanto por estar conmigo. aun con todo lo que pasé. Recuerdo esos diarios en su oficina, llenos de notas, con cada pensamiento dirigido a mi... :A dénde més iria? Estoy exagerando por el estrés. Se dejé caer de nuevo en la silla, convencido a medias. -Apenas den de alta a Marcos, iré a arreglar todo. Pero, aunque lo decia en voz alta, algo dentro de él no encajaba. El vinculo de pareja, ese lazo que siempre vibraba suavemente en su pecho, incluso cuando él lo ignoraba, estaba en silencio. Ya no habia calor. Se sentia vacio. Su lobo gimié por dentro, inquieto, advirtiendo que habia cometido un error irreparable. Pero Marcos seguia aferrado a su pierna. Sara sonrefa con esa perfeccién impoluta. Y la radio de la manada no dejaba de elogiar su devocién por su "verdadera familia". Asi que Teo ignoré las sefiales. Ignoré el vacio que sentia. ---- Se dijo a si mismo que aun habria tiempo para reparar lo que fuese que se estuviera quebrando. Una semana se desdibujé entre el polvo del camino, llevandonos cada vez mas lejos de todo lo que conociamos. Apenas cruzamos los limites territoriales, Alejandro y yo fuimos recibidos en la casa de la manada de Alfa Ana, una mansién junto al océano que parecfa un mundo completamente distinto. -Mi manada serd tu refugio, ahora y siempre -me dijo Ana, con esa autoridad serena que solo los verdaderos Iideres tienen-. No me importa lo que digan los del norte. Para mi, ti eres mi familia. Y yo protejo a los mios. Su rostro se iluminé al ver a Alejandro, Noté de inmediato cémo sus quemaduras estaban sanando, sin dejarle marcas. -iAlfa Ana! -corrié Alejandro hacia ella, su pequefio cuerpo ya no temblaba a pesar de su transformacién contenida. -Bienvenido a casa, pequefio guerrero -Io alzé con ternura, aspirando suavemente su aroma para integrarlo a su nticleo de manada. Los ojos de Alejandro brillaron. -(Me extrafiaste? -iSi! -su voz sonaba més fuerte ahora, libre de la tensién constante de intentar agradar a un padre ausente-. Mamé dice que ahora vamos a vivir en tu manada. ,Nos vamos a quedar aqui para siempre? -Para siempre y mas -le respondié ella, mirandome con una promesa silenciosa, nadie se atreveria a arrebatarnos esta paz. Esa noche, luego de acostar a Alejandro en nuestra nueva guarida,