---- Capítulo17 Pero nunca imaginé que Felicia iría a mi casa. Ella detestaba a Alejandro. Si no fuera porque a veces tenía que lIlevarme a casa, jamás pisaría ese suburbio tan apartado. Pero llevaba siete interminables días sin contestar el teléfono. Cuando Alejandro abrió la puerta y vio justo a Felicia con sus tatuajes en la clavícula y sus rastas, se enojó. Antes de que pudiera hablar, Felicia lo atacó enfurecida: - iDónde tienes encerrada a Lucía? Alejandro se quedó asombrado. - éNo anda de parranda con ustedes? - respondió con mucho desprecio, mirándola de arriba a abajo. Siempre era así, menospreciando a todos mis amigos. Pero si bien podía difamarme a mí, no le permitiría insultar a mis amigos y, mucho menos a mi hermana. Los ojos de Felicia se abrieron de par en par por un momento. Luego su rostro se transformó. ---- - Alejandro, facaso no eres humano? -Lo insultó-. Tu hermana lleva siete días desaparecida y estás tan tranquilo, éno la buscas? éNo temes que le haya pasado algo? La mano de Alejandro que sujetaba la manija de la puerta rápidamente se puso pálida. Vi el pánico en sus ojos, pero solo por un instante. Enseguida recuperó la compostura. - éQué le va a pasar? -respondió- . Ojalá no volviera nunca. Felicia temblaba de rabia. Sefialó furiosa a Alejandro y le gritó: - Con un hermano como tú, no me extrafiaría que quisiera suicidarse. Así que Felicialo sabía todo... Sabía realmente de mi depresión. Sabía que aquel día quise saltar. Por eso ese momento siendo ella una desconocida como yo. Al final me invitó a escucharla cantar. No me di cuenta alguna de la preocupación y la súplica en sus ojos. ---- - éQué? -tartamudeó Alejandro- . éLucía... suicidarse? ;Cómo es posible? Exacto. iCómo iba yo a suicidarme? Se suponía que debía vivir, soportando día tras día sus viles humillaciones y tormentos. Pero Alejandro, simplemente mi corazón también es de carne. Ya morí una vez por ti. No habrá una segunda oportunidad. Alejandro empezó a murmurar para sí mismo, como en trance. De repente salió corriendo de la casa, como si hubiera presentido algo. Comenzó a buscar por los alrededores. Aquella noche cuando debió haber salido a buscarme, no lo hizo. Ahora, ya era tarde, ni en el cielo ni en la tierra, Lucía volvería a aparecer.