---- Capítulo23 Miré desconcertada a Alejandro, cuyo rostro mostraba una emoción de enojo. Extendió ansioso sus brazos hacia mí. - Lucía, hermanita, por fin puedo verte de nuevo -dijo con mucha devoción. Me di la vuelta con repugnancia. - Alejandro -le dije -. Ya te lo dije. No volveré a llamarte hermano. Ya no soy tu hermana. La emoción en sus ojos se desvaneció poco a poco y sus brazos cayeron. - Hermanita -murmuró-, iéserías más feliz si yo muriera? Su voz estaba cargada de una súplica indescriptible. - No -respondí-. Si pudiera, desearía que... Él escuchaba en completo silencio, con una leve sonrisa y una expresión de devoción casi enfermiza. - ...vivieras cien afios. Y murieras solo. Su sonrisa se congeló al instante. ---- - Lucía, équé dices? - Digo que no puedes morir. Porque no quiero verte. Alejandro, en esta vida y en la siguiente, por toda la eternidad, no quiero volver a verte jamás. El día que dejé este mundo, fui a ver a Iker y Felicia por última vez. Estaban allí de pie frente a mi tumba, recordándome con carifio. Cuando el viento sopló, los vi sonreír. Entonces me alejé corriendo. Olvidar es la verdadera libertad.