Capítulo 14: «Señor Wright», llamó el mayordomo, acercándose con el brassie en la mano. La brassie era una pieza de metal macizo. Una ola de miedo incontrolable se apoderó de Belinda al verla, lo que la hizo retroceder instintivamente. Conocía muy bien el dolor intenso que la brassie podía infligir. Baker avanzó hacia Belinda, blandiendo la brassie amenazadoramente. Se paró frente a ella, alzando la brassie por encima de su cabeza, preparado para asestar un golpe contundente. En ese momento, una mano se extendió y agarró la muñeca de Baker para detenerlo. Baker, tomado por sorpresa, no esperaba que Belinda tuviera el valor de detenerlo. Cuando abrió la boca para decir algo, Belinda le arrebató el brassie. Antes de que Baker pudiera reaccionar, Belinda golpeó el brassie contra el suelo, rompiéndolo por la mitad. Un chasquido agudo resonó en la habitación en silencio. Belinda arrojó el brassie roto al suelo, con expresión estoica, pero las emociones en su interior rugían como una tormenta. Por fin había destrozado el objeto de sus miedos. El brassie la había perseguido durante años. ¡Pero ahora ya no la asustaría! El silencio envolvió momentáneamente la espaciosa sala de estar. Baker miró fijamente el brassie roto en el suelo, con la boca abierta de asombro. Después de un momento, dirigió la mirada a Belinda, con los ojos ardiendo de incredulidad y rabia. «¡Te has vuelto contra tu propia familia! ¿Cómo te atreves a hacer eso?». Cuando levantó la mano para golpear a Belinda, una voz firme lo detuvo. «¡Alto!». La orden resonó por la habitación. Dos mujeres bajaban la escalera. Abriendo el camino iba Carola Wright, la esposa de Baker, vestida con un vestido azul oscuro. Su actitud era serena y sus rasgos eran refinados. Tenía unos cuarenta años, pero parecía más joven y hermosa. Tras ella iba una joven con un vestido blanco, que rezumaba encanto e inocencia. Era Kylee, la querida hija de Baker y Carola. «Baker, deberías aprender a controlar tu ira», dijo Carola con voz suave. La rabia de Baker se calmó un poco ante su presencia, pero trató de justificar sus acciones. «Carola, no lo entiendes. Esta chica robó deliberadamente…». Carola intervino con voz tranquila. «Dejemos el pasado en el pasado. Todavía no sabemos realmente lo que pasó entonces. Belinda ahora es la señora Clark». «Si quería un collar, podía simplemente comprar uno, ¿por qué tenía que robar? Aunque empujó accidentalmente a Kylee en aquel entonces, Kylee ya la ha perdonado. ¿Por qué sacar a relucir esas viejas rencillas?». Atónito por las razonadas palabras de Carola, Baker no encontró palabras para contrarrestar.
