Capítulo 6: «No puedes perseguirla». «Ella no es una opción», interrumpió Lucas con voz grave y ronca, cortando la charla. Al oír eso, Ryan y Verena se quedaron visiblemente desconcertados. Ambos se volvieron para mirar a Lucas. —¿Por qué no? —exigió Ryan, con confusión en la voz. El rostro de Lucas estaba inexpresivo, con la mirada fija en Ryan. —Porque yo lo digo. Su voz tenía un tono autoritario, sus rasgos llamativos no delataban ninguna emoción. Las expresiones cambiaron en los rostros de Ryan y Verena. Verena miró a Lucas y abrió la boca, a punto de hablar. Pero antes de que pudiera decir nada, Lucas se levantó abruptamente del sofá y salió de la habitación. Verena lo vio irse, con las manos cerradas en puños por la frustración. Estaba perdida en sus pensamientos. ¿Por qué se oponía Lucas a que Ryan siguiera a esa mujer? Belinda salió del baño, enderezando su vestido, lista para regresar al salón. Se detuvo abruptamente cuando notó a un hombre alto y guapo apoyado casualmente contra la pared cercana. Lucas miró a Belinda, sus ojos se encontraron brevemente. Belinda sostuvo su mirada por un segundo antes de desviarla casualmente y pasar junto a él. Fingió no conocer a Lucas en absoluto, ignorando por completo su presencia. «Espere, deténgase», resonó la fría voz de Lucas. Belinda se detuvo y se volvió, sus ojos se encontraron con los de Lucas. Una leve sonrisa se dibujó en sus labios mientras decía: «¿Puedo ayudarlo en algo, señor?». Su voz era tranquilizadora, como una suave melodía. Belinda había pensado que tres años la ayudarían a olvidar al hombre que había traído tanto dolor a su vida. Sin embargo, al ver a Lucas ahora, se dio cuenta de que su imagen ya estaba grabada en su memoria. Pero ahora podía mantener la compostura frente a él. Lucas se rió con frialdad ante sus palabras, mirándola fijamente. Su sonrisa se tiñó de ironía cuando dijo: «Belinda, ¿ahora finges tener amnesia?». Belinda se quedó atónita por un momento. ¿La había reconocido Lucas? Sus ojos brillaron con un toque de sorpresa cuando preguntó: «¿Qué necesita de mí, Sr. —¿Ya no finges, eh? —dijo Lucas con brusquedad. Con una leve sonrisa, Belinda respondió: —Visto que me has reconocido, no tiene mucho sentido seguir con la farsa. Lucas se acercó a Belinda. —Belinda, ¿creías que, como huiste hace tres años, podrías evitar nuestro divorcio?
