Capítulo 29: ???? ???? ???? ???? ???? Drake cerró su mente a cualquier otro pensamiento que no fuera la ira. No quería que nada lo interrumpiera más que su rabia porque Nathan había herido a Angelo. Ésa sería la mejor manera de vengarse. «Hágalo pasar». «Hola, Señor Thorne», Nathan entró con un ligero temblor en los ojos. Parecía demacrado, con los ojos cansados y la ropa arrugada. Parecía que sabía dónde se metía. «¿Necesita algo de mí?» Nathan continuó mientras tragaba saliva. No le gustaba la mirada del mayor de los Thorne. «¿Me estás preguntando si necesito algo de ti?». replicó Drake burlonamente. Nathan lo miró interrogante, aunque en el fondo sabía exactamente por qué Drake actuaba de ese modo. Sólo podía esperar que hacerse el tonto pudiera salvarlo. «¿Quizás debería preguntarte qué necesitas de Angelo?», preguntó Drake en tono mortal. «An… Angelo… um… no… no necesito nada de él», respondió Nathan en tono esquivo. Drake notó que el sudor había empezado a acumularse en la frente de Nathan, lo que le decía que el bastardo sabía exactamente por qué estaba aquí y qué había hecho mal. «¡Entonces por qué fuiste a por él no una sino dos veces!», preguntó Drake en un tono calmado pero mortal. «¡Sólo vine a interrogarle ese día, y me respondió groseramente mientras yo era amable con él!». «¿Oh?» Drake levantó las cejas. «¿Olvidas el momento en que le empujaste en la fiesta?». Nathan miró a Drake con los ojos muy abiertos. «¡Yo no… yo no le empujé! Ni siquiera estaba en la fiesta». Drake se echó a reír. «¡Oh, eres muy gracioso! Tu plan es impecable, debo admitirlo. Pero hay un pequeño detalle que olvidaste. Las cámaras de seguridad». Drake dio la vuelta a la pantalla de su ordenador y señaló las imágenes de Nathan en la fiesta. «No pensé que los niños de Hill fueran tan estúpidos teniendo en cuenta que su padre era bastante inteligente. ¿O no lo era? Después de todo, la manzana no cae lejos del árbol». «¡No hables de mi padre!» le gritó Nathan a Drake. Nathan no supo lo que ocurrió a continuación. En un momento estaba gritando y al siguiente estaba boca abajo en el suelo con el sabor de la sangre en la boca. «Eso es por gritarme en mis propios dominios», murmuró Drake. Otra patada aterrizó en el estómago de Nathan, haciéndole gruñir de dolor. «Esto es por herir a Angelo en la fiesta». «Esto es por agredirle en la acera». «Esto es porque tu hermana agredió a Angelo dentro de su coche». «Y esto es por haber dr%gado a Angelo». Nathan sólo sentía dolor. «Llévatelo», le gruñó Drake a Aiken. Drake se agachó y agarró la barbilla de Nathan. «Considera esto una advertencia. Si vuelves a acercarte a él, las consecuencias serán mucho peores».
