---- Capitulo 7 En cuanto el avion aterriz6 en el aeropuerto de Milan, Cristina sintio por fin una sensacién de alivio. El profesor Bernal habia dicho antes que vendria con Judid, su esposa, a recogerla Pero vio claramente a otra persona también. -Cris... jAqui! Cristina sonrié, se acercé y abraz6 primero a Judid: -Judi tan joven y guapa como siempre. i, sigues Luego salud6 al profesor Bernal: -Profesor Bernal, si no se cuida no ser lo bastante bueno para la joven y bella Judid. El profesor Bernal se rio entre dientes: -iCris, vaya forma de saludarme la tuya! jJajaja, bueno, me alegro de verte! -iLe estoy alabando! Con ese gran bigote, jes un fotdgrafo veterano ala altura de Max Reeve! El profesor Bernal se rio y regafié: -Anda, anda, anda, tu hermano te ha malcriado un poco, que te atreves a faltrme el respeto. Hablando de Eiden, Judid pregunté: Has venido sola? gTu hermano no ha venido contigo? El profesor Bernal miré detras de ella: -gHa ido a recoger el equipaje? Cristina tiene las manos vacias, alguien tiene que haber ido a por el equipaje. Cristina tomé al profesor Bernal con una mano y a Judid con la otra y tiré de ellos. "Soy mayor de edad desde hace mucho tiempo, no necesito que me acompaiien, he hecho este viaje sola, vamonos ya, ---- que me muero de hambre. El profesor Bernal y Judid no se dieron cuenta de nada y se limitaron a salir con ella En cambio, el hombre que vino con el profesor le persiguid unos pasos: -Hola, Cristina... El profesor Bernal, como si se acabara de despertarse, se dio una palmada en la cabeza y dijo sonriendo: -Mira qué memoria, me olvidé del conductor. Cristina vio al hombre nada mas salir del aeropuerto. Tenia unos treinta afios, era ancho de hombros, alto y apuesto, pero de temperamento refinado, vestia un jersey gris y parecia muy amable. El profesor Bernal dijo: -Cristina, este es Henry Gémez, {te suena? Cristina recapacité un momento y luego sacudié la cabeza confundida: -Perdone, Henry... también es alumno del profesor Bernal? El profesor Bernal se rio a carcajadas: De verdad no te acuerdas de nada? Cristina seguia sin recordarlo. Henry se sonrojé ligeramente y parecia un poco apurado: -Profesor Bernal, no saquemos a relucir el pasado, no me haga quedar mal. El profesor Bernal se rio mas fuerte: -Bien, no lo mencionemos pues, 0 encuentra una oportunidad para contarlo tu mismo. Henry se puso atin mas nervioso, y enseguida echo a correr: -Voy a por el coche, espérenme en la puerta ---- Cristina miré al tal Henry, todavia un poco desconcertada. Hasta que Judid vio su mirada confusa y resolvié su confusion: - Cris, crecuerdas que le diste una carta de confesién a un chico cuando estabas en la universidad? jCristina se acordd! Ese incidente fue en realidad un gran malentendido. La carta no era suya, la entregé para su entonces compafiera de piso. Su compajiera de piso estaba enamorada de un chico, pero era demasiado timida para confesarselo. Cuando Cristina oyé eso, le vino las ganas de ayudarla. Asi que se ofrecié voluntaria para ser la mensajera. Finalmente, encontré la oportunidad de toparse con el chico objetivo y le entregé la cart. Justo cuando quiso explicarle la situacién, un par de chicos que estaban a su lado y que eran especialmente buenos sacandole de quicio le arrebataron la carta de la mano y la leyeron en voz alta en publico. Bueno, si fueran las tipicas frases de confesién no habria problema, pero no esperaba que su compafiera de piso, que siempre habia sido timida, escribiera una carta de confesién tan atrevida. La primera frase era: «Te has dejado la cremallera del pantalén desabrochada». La segunda frase es: «Parece que tienes un gran paquete escondido alli».