---- Capitulo 4 Eiden oyé eso e inmediatamente levanté la taza que tenia en la mano: -Yo la dejé pasar, ,qué pasa? -{Qué te da derecho a entrar en mi habitacién y tocar mis cosas sin mi permiso? -Cristina, esta es la casa de los Frias. Blanca es mi prometida, y puede entrar en la habitacién que quiera, Cristina sintid al instante como si la hubieran echado agua fria en toda la cara. Blanca le dio una suave reprimenda: -Eiden, no puedes hablarle asi a Cris, Cris se va a poner triste. Después de decir eso, le dijo a Cristina: -Cris, me acabo de enterar por la criada de que la ropa de Eiden se colocaba en tu dormitorio. Las chicas tenemos mucha ropa, sus cosas ocupan casi la mitad de tu armario, seguro que te quita mucho espacio. Asi que me he ofrecido voluntaria para sacar toda su ropa y ponerla en nuestro dormitorio. Eiden era inseparable a Cris. Esta no habia recibido ni una sola carta de amor desde que era nifia, todo gracias a Eiden Un dia de estos, trasladé toda su ropa al dormitorio de ella, con el pretexto de que podria ir a trabajar cada mafiana con la ropa y las corbatas que Cristina le habia elegido. Ella sabia mejor que él en qué parte del armario estaban sus cosas. Cristina subié répidamente y se apresuré a chequear su habitacién ---- El desorden del suelo casi le hizo pensar que le acababan de robar. Su ropa, zapatos y maquillaje estaban esparcidos por todas partes, | todo un caos! Cristina sefialé enojada el desorden e interpelé a Blanca: -¢Asi es cémo te llevas la ropa? Blanca al instante puso cara de lastimera: -Lo siento, Cris, fue sin querer. -{Sin querer hiciste que mi habitacién parezca como si acabara de pasar un tifén? jEntonces tu descuido es demasiado fuerte! Eiden resoplé y fruncié el cefio en sefial de amonestacién: - Cristina, jcuidado con lo que dices! Cristina se rio: -Asi que esta vez no he hecho nada y, sin embargo, sigue siendo culpa mia, no? -Blanca es tu futura cufiada y tienes que respetarla. -Eiden quieres venir y verlo por ti mismo? Eiden subié lentamente las escaleras y se quedé aténito por un momento al ver el desorden que llenaba la habitacién. Pero solo por un momento. En el segundo siguiente, miré a Blanca con carifio y sonrié tontamente: -En el futuro, es mejor dejar que la criada ordene nuestro dormitorio. -Pero no quiero que nadie toque mi ropa, sobre todo... camisones. Entoné la palabra «camisén», y un tono rojo subié répidamente a su cara. ---- Eiden asintis impotente: -Bien, entonces yo me encargaré de eso, ¢ te parece? Blanca le sacé la lengua juguetonamente: -Eiden, zno soy un poco tonta? -Esta bien, porque conmigo a tu lado, puedes serlo. Cristina cerré los ojos. Nunca habia odiado tanto el periodo de traspaso de sus tareas al nuevo. De lo contrario, ya habria cruzado el océana, sin tener que presenciar ahora esta escena castica y repugnante. -Cristina, mira cudnta ropa ha estropeado Blanca, dame un total y te paso el dinero. Cristina jadeé y se eché a reir. Era increible que Eiden le estuviera tirando dinero en la cara. Blanca le tocé el brazo y susurré: -Cris, puedes exagerar la cifra, yo diré que si y te la tiene que dar sio si. Eiden mimo: -{Ahora te pones de su parte? ;Trabajando con forasteros para vaciar la cartera de tu marido? Blanca le hizo una mueca: -Yo seré la cufiada de Cris, definitivamente estaré de su parte. Cristina se burl6. éDe su parte? {Forasteros?