Los míos se fueron saltando
El día que le propuse el divorcio, Henry Novak no pudo esperar para poder firmar el papel de la separación conmigo. Hace cinco años, yo lo había disque obligado a casarse conmigo. Ahora, por fin, ya era libre. Pero el día que oficialmente nos divorciamos, Henry llegó acompañado de Ramona Girard, "su lucecita", como bien solía llamarla. Pero expresión reflejaba una mezcla de alegría hacia ella y burla hacia mí. —Nola Savic, hasta alguien como tú puede tener un día tan patético como este. Lo observe desaparecer de mi vista. ¿Patético? Nunca más me rebajaría.