---- Capítulo 5 Justo cuando había empezado a superarlo, Juanita se puso en contacto conmigo. Ella era la única amiga que me quedaba después de que Calista se uniera a la Familia Blanco. Aunque llevábamos más de un afio sin hablar, en el momento en que escuché su voz, sentí una emoción inmensa. Al menos en esta Manada, todavía había alguien que se preocupaba por ella, con quien podía crear recuerdos felices. Hablábamos cosas del pasado, y su conversación me hizo sentir una alegría que hacía mucho no experimentaba. Al final de la llamada, me invitó a vernos al día siguiente en el pueblo para ir de compras. Acepté encantada. Al día siguiente, como antes, recorrimos todas las tiendas que solíamos frecuentar, disfrutando de un momento muy agradable. ---- Después del almuerzo, Juanita me 1levó a una boutique de ropa. - Jessica, jese vestido te queda perfecto! - dijo, tomando uno de los estantes y acercándome. La escena me resultó tan familiar que, por un momento, me quedé paralizada. Antes, mi hermano Beta, Diego, también elegía así la ropa para mí. Decia que, si me gustaba, podía comprarme todo el escaparate. Al recordar esos momentos, esbocé una sonrisa amarga e intenté concentrarme de nuevo en las compras, pero entonces escuché la voz de Calista. - Diego, éno me habías preparado ya un vestido especial? jNo me compres más! jNo me va a caber todo! - Calista gritaba, coqueteaba y disfrutaba de las miradas a su alrededor. - Mahana cumples dieciocho afos, hermanita. jPor supuesto, que te voy a Ilenar de regalos! jPara celebrar tu primera transformación exitosa! - Diego sostenía prenda tras prenda frente a ella, exactamente como ---- solía hacer conmigo. Quizás mi mirada fue demasiado intensa, porque Diego se dio la vuelta y nuestros ojos se encontraron. - iJessica? - frunció ligeramente el cefio -. éNo dijiste que estabas ocupada hoy? ; Qué haces aquí? - Yo... - No pude responder antes de que su teléfono sonara. Al salir de la tienda, Diego me lanzó una advertencia fría: - Hoy es el día en que elijo los regalos para Calista. No intentes arruinarlo. Apreté los labios, sin decir nada. Cuando se fue, una dependienta loba se acercó a Calista con un vestido. - Calista, tu vestido encargado ya está listo. Lo miré fijamente al vestido. Era idéntico al que Calista había intentado quitarme un afio antes. ---- Al notar mi expresión tensa, Calista sonrió con suficiencia: - éDe qué sirve aferrarse tanto a las cosas? jSi algo me gusta, aunque no pueda arrebatárselo, alguien me conseguirá uno nuevo, exactamente igual! Con un gesto provocador, entró al probador, dejándome petrificada en el lugar. En ese momento, por más que Oliver me lo pidió, me negué a cederle el vestido a Calista. Porque era un regalo de Diego. Me dijo que lo había encargado con un mes de anticipación, que era único en toda la manada, hecho solo para mí. Que cuando lograra mi primera transformación, lo pondría para celebrar con él y Oliver. Y ahora, un ano después, ese mismo vestido estaba en manos de Calista. Lo que tanto había protegido ya no era especial. Ya no era mío. - jAy! - Un grito de Juanita desde el probador me ---- hizo reaccionar. Corrí hacia allí, temiendo que Calista la hubiera lastimado. Diego, que estaba afuera, al verme correr, colgó la llamada y me siguió con el ceho fruncido. Pero cuando llegué al probador, Juanita no estaba. En cambio, Calista, con el vestido destrozado y la ropa desarreglada, Iloraba desconsolada. Me acerqué, confundida e intentaba preguntar qué pasaba, pero ella me empujó y salió corriendo hacia Diego, gritando entre lágrimas: - iLo siento, Jessica! jFue mi culpa...!
