---- Capitulo 9 Nicolas se desplomé en el sofa, sin poder creer lo que habia ocurrido. Solo murmuraba repetidamente: -Eso no puede ser... Aun yo no la he perdonado, ella no tiene el derecho de morir. Me sorprendié escuchar aquella frase tan ridicula... {No podia morir porque él atin no me habia perdonado? Recogié el celular del suelo, abrié la galeria de fotos y volvié a ver la foto que habia publicado. Era la unica foto que tenia con su hijo. Mientras sus hombros empezaron a temblar, unas ldgrimas cayeron sobre la pantalla. Se levanté de golpe y salié corriendo de la villa Cuando conducia, sus manos estaban temblando, y su auto se detuvo bruscamente frente al patio donde viviamos. Aquellos dias, habia venido aqui més veces que el total de todos los afios anteriores. No sabia si debfa sentirme alegre por eso. Esta vez, al abrir la puerta, se dirigié directamente a la entrada de la casa. Se quedé de pie afuera durante unos segundos, vacilando, pero al final empujé la puerta que habia estado cerrada durante tres afios. Con un crujido de la puerta, el aire caliente y humedo salié con ansia. La habitacion seguia tan ordenada, solo que la mesa estaba algo desordenada, Fue el traviesito Carlos quien desordené las. cosas en la mesa. En la parte interior de la sala de estar, habia dos circulos blancos. El més grande era donde estaba mi cuerpo, y el mas pequefio, era de Carlos. Aquel dia, me desmayé al regresar del bafio y cai al suelo, y dias después, Carlos murié muy quieto en mis brazos. ---- Nicolés fijé la mirada en estos circulos, con una expresién sombria y aterradora. Empezé a temblar cada vez més violentamente, casi a punto de colapsarse. Recorrié toda la casa con despacio, empezando por la habitacién de Carlos. En la cama habia un pequefio cerdito de peluche que él le habia traido de la empresa, que era el unico regalo que le habia dado a su hijo. En la mesita de noche estaban aquella foto que tomé a escondidas y también un dibujo de Carlos, donde habia tres personas: Carlos, Nicolés y yo. Las lagrimas de Nicolas cayeron en el dibujo. Se apresuré a secar las ldgrimas y lo volvié a colocar con mucho cuidado en la mesita. Luego, fui a mi habitacién, donde solo habia varias prendas y unos libros. Sacé una de las ropas del armario y la abraz6, acariciandola con nostalgia y mirando el resto en el armario. La mayoria eran las. que él habia comprado para mi antes de que hubiera grietas entre nosotros. Se perdié en la gran tristeza y dejé escapar un sonido de sollozo de su garganta. Se agaché y enterré la cabeza en mi ropa, luego se eché a llorar desconsoladamente. Se quedé en la habitacién hasta la noche. Después de tres afios sin pagar la electricidad, toda la casa estaba sumida en la oscuridad. Con las altas hierbas en el patio, un ambiente bastante de miedo se apoderé del pequefio espacio. Aunque yo era solo un alma, sentia un escalofrio. Pero Nicolas no parecia asustarse, se senté en mi cama, como un mufieco de madera. De repente, soné su celular. El timbre interrumpié este silencio incémodo. Me acerqué a mirar su pantalla y, para mi sorpresa, era una llamada de Samuel. Nicolds contesté la llamada, pero se queds en silencio, sin decir ---- nada. Samuel fue el primero en hablar: Creo que es necesario aclarar las cosas contigo. No quiero que esa mujer tonta sea malentendida, aunque ya esté muerta. Después de una breve pausa, continud: ~Al principio solo queria vengarme por el dafio que me hiciste con esa botella. La amenacé con el futuro de tu carrera y ella acepté mis peticiones. En realidad, si ella realmente aceptaba a ser mi novia, no me hubiese importado mantenerla ni a ella ni al hijo en su vientre, pero ella no lo hizo. Como no queria ser un amante ilegitimo, no insisti entonces. No queria que algiin dia ella se vengara de mi porque la habia obligado. Estos ajios, la torturabas mucho y pensé que ella vendria a buscar mi ayuda, jpero ella murié de manera tan miserable! jY su muerte fue resultado de la donacién de médula 6sea a tu amante! jQué ridicula! Seguin veo, tu, Nicolas Pérez, jeres un completo desgraciado despreciable, sin corazén! Al regresar al pais, ya me enteré de su muerte, jpero tu no sabfas nada al respecto! Del otro lado de la linea, Samuel ya perdié el control. Para ser honesta, no entendia muy bien qué tipo de persona era Samuel.. Nicolas colgé la llamada, y yo ya no escuché los gritos furiosos de Samuel. Como no me apetecia ver mas el sufrimiento de Nicolds, salié del patio. Al principio, creia que el sufrimiento de semejante desagradecido me daria satisfaccién, sin embargo, a decir verdad, ya no sentia nada de alegria Encontré a Carlos, quien ya se qued6 dormida en una rama de un gran arbol no muy lejos. Lo abraz6, besando una y otra vez su carita dormida. En los tltimos dias, sentia que mi alma se habia vuelto mucho mas ligera, tal vez porque habia dejado de lado muchos odios y rencores que cargaba. Quizds pronto, tanto Carlos como yo ---- podriamos descansar en paz en el paraiso, olvidando poco a poco las pesadillas que habiamos experimentado.
