---- Capítulo 8 Sin detenerse después de decir esto, caminó rápidamente hacia el auto, me acomodó en el asiento trasero y me examinó de pies a cabeza. -íéTe sientes mal en alguna parte? iTragaste agua? Negué con la cabeza. - Solo un poco, no me siento mal. No necesitamos ir al hospital. Pero él se negó obstinadamente: - No, debemos ir. Inmediatamente arrancó el auto, pasándose varios semáforos en rojo para llevarme al hospital. Después del examen, confirmaron que no tenía nada grave, pero el doctor dijo que el agua del lago estaba fría y probablemente me resfriaría. Miguel escuchó atentamente y me compró muchas medicinas para el resfriado. De camino a casa, mirando su perfil mientras conducía concentrado, no pude evitar preguntar: -éCómo es que estabas allí? ---- -Tba a buscar a Nadia. Mi padre quiere arreglarle una cita matrimonial. -iQué? - mi mente se bloqueó por un instante- . íPero ella y Camilo...? Miguel se rio fríamente: - Esos dos son imposibles. Aprovechando la pausa en un semáforo, Miguel me miró con sus profundos ojos brillantes: - PLina, no te preocupes por personas que no importan. Mereces algo mejor. Su expresión era tan seria que me hizo reír. -Miguel, hablas como mi padre. Bajó la mirada: -éParezco tan viejo? - No está mal. Me llevas ocho afios, es algo, pero aceptable. Después de decir esto, claramente sentí que la presión en el auto disminuyó. No sabía si lo había ofendido, lo que me recordó las ---- palabras de Luis. No conocía para nada a Miguel. éMe echaría del auto por esto? Pensando en ello, agarré el asidero del auto con miedo. Él notó mi gesto, suspiró suavemente, me lanzó una mirada un tanto resentida y no volvió a hablarme. Cuando Luis vio que Miguel me traía de vuelta, sus ojos se abrieron como platos. -PLina se cayó al agua. La lIlevé al hospital, no tiene nada grave, solo le di algo para prevenir un resfriado - explicó Miguel y se fue sin detenerse más. Me di un bafio y me metí en la cama. Luis vino corriendo a preguntarme: -FLina, écómo te encontraste con Miguel? Le conté todo lo sucedido y en su rostro apareció una emoción que no pude interpretar. -FbLuis, fen qué piensas? Luis me miró fijamente: -FLina, le gustas a Miguel. ---- Me sobresalté: -iCómo es posible? - Por qué no sería posible? -comenzó a analizar Luis - . Mira, Camilo podría haberte salvado primero, pero se distrajo con Nadia. Miguel es el hermano de Nadia, é cómo es que é] no se distrajo? Luego me acarició la cabeza: - Mi tonta hermanita, jte estás enamorando! Me sonrojé completamente y escondí mi cabeza bajo las sábanas: -Luis, no digas tonterías. La voz de Luis se volvió repentinamente seria: - Miguel es un hombre calculador, pero si realmente le gustas, es una buena opción. Con su protección, nadie se atrevería a lastimarte. Después de que se fue, reflexioné cuidadosamente sobre la serie de comportamientos inusuales de Miguel hacia mí. Aunque todavía no me había recuperado completamente del dafio causado por Camilo, si se trataba de Miguel, pensé que tal vez podría intentarlo.
