---- Capítulo 7 Al recordar esto, el sabor volvió a mi memoria y sentí náuseas involuntarias. Ese sabor era aún más repugnante que mis restos mutilados que yacían allí. Pensé en mi abuela... :habria gastado ya los quinientos mil? ;Fernando seguiría enviándole dinero? ; Se entristeceria al enterarse de mi muerte? Mi mente era un caos. Fernando fue al hospital como un zombi, siguiendo el Ilamado del doctor Morales. Al Ilegar, el doctor lo recibió con expresión grave: -EI bebé de Milena no pudo salvarse. Fernando pareció no comprender, su rostro inexpresivo. El doctor Morales frunció el cefio: -iFernando! ;Ya no eres un hombre? jMilena perdió al bebé! ;Y tú sigues lamentándote por otra mujer? Fernando se quedó perplejo, mirando torpemente a Milena, quien yacía débil en la cama del hospital. -Fernando, viniste. No te preocupes, tendremos más hijos después -se acercó para abrazarlo por el cuello con cariho-. Fernando, .nos casamos? jVamos ahora mismo por la licencia! Fernando apartó las manos de Milena y retrocedió instintivamente un paso. -Hablemos mafiana, descansa primero, Dicho esto, tomó su abrigo para marcharse, El rostro de Milena se desfiguró y su voz se volvió estridente: -iFernando! jPerdí un bebé por ti! No sabes lo doloroso que es un aborto para una mujer? j Qué signífica esto?! iDebes ---- responsabilizarte! iTienes que casarte conmigo! Fernando se volteó repentinamente, su rostro impasible. Extendió la mano hacia el doctor Morales: -El informe. -éQué? -El informe médico del aborto. Quiero verlo. El doctor Morales evidentemente se alteró; era imposible tener listo un informe médico en tan poco tiempo. La voz de Milena estaba Ilena de incredulidad: -Fernando, zdudas de mí? iDijiste que nunca dudarías de mi! Fernando se frotó las sienes: -No dudo de ti, Milena, pero con lo de Daniela... no estoy de ánimo. No me he divorciado de Daniela, no podemos casarnos. Ya basta, cuando encuentre a Daniela... No imaginé que Fernando pudiera engafiarse a sí mismo hasta este punto. A pesar de haber visto mi cadáver con sus propios ojos, seguia sin creer que estaba muerta. Milena de repente enloqueció, interrumpiendo a Fernando: -iDaniela está muerta! |Nunca la encontrarás! ;Tú mismo la encerraste en el congelador hasta que murió congelada! En este punto, Milena soltó una risa desquiciada: -No necesitas divorciarte, Fernando. jEres viudo! Podemos casarnos directamente. Fernando levantó la mano y sin dudar le dio una bofetada a Milena. Sin expresión alguna, dijo: -La vida de Daniela me pertenece, si no ---- le permití morir, no puede estar muerta Dicho esto, Fernando ignoró a ambos y salió directamente, Me quedé un rato en la habitación del hospital, observando a Milena quien, entre risas y Ilantos histéricos, gritaba: -iFernando! jáborté por ti! iDebes responsabilizarte! Negué con la cabeza; cuando mientes durante tanto tiempo, terminas creyéndote tus propias mentiras. En la mansión, Fernando miraba fijamente mi habitación, que había sido redecorada y Ilena con las pertenencias de Milena, sin rastro de mi existencia. Después de un rato, comenzó a limpiar la habitación, arrojando las cosas de Milena una por una hasta que quedó vacia Miró confundido el suelo desnudo: - Qué extrafio, .dónde están las cosas de Daniela? Guiado por la memoria, encontró donde solía estar el sofá y se acurrucó, pero terminó sentado en el suelo. Pareció no notarlo, manteniendo la postura como si me abrazara en el sofá, murmurando: -;Tanto me odia Daniela? Se fue de casa y hasta se Ilevó el sofá...