Para salvar su primer amor, mi marido me sacrifica como ofrenda
Su primer amor y yo fuimos secuestradas al mismo tiempo. Mi marido, negociador especialista, llegó de primer momento a salvarnos. Pero cuando el atracador accedió a liberar a sola una rehén, mi marido optó por ella. Le supliqué a rodillas que me salvara primero, pero se quedó inexpresivo. —Tatiana es innocente y pura, no puede vivir si la violan. Pero tú estás casada, no te abandonaré aunque estés sucia. Me empujó con fuerza al atracador. Seguramente no sabía que yo estaba embarazada de tres meses y él estaba a punto de ser padre.