Amé a Carlos Martínez por siete años. Sin embargo, cuando fui secuestrada, él no pagó el rescate… solo porque su secretaria le sugirió que aprovechara la oportunidad para «darme una lección». Por lo que sufrí torturas infernales. Con el tiempo, aprendí a alejarme de Carlos. Pero él volvió. Llorando y suplicando que le diera otra oportunidad.