---- Capítulo 8 -FEso era antes. Ahora soy la esposa de Cristóba, y el hombre que amo es mi marido. jMide tus palabras! Pero Vicente, como un loco, me abrazó con fuerza: -iCristóba es un estéril impotente! j]jamás serás feliz con él! Lisa, te amo. jHuyamos ahora! Al oírlo insultar a Cristóba, la ira me embargó. Me liberé de su abrazo y le abofeteé con fuerza: -iNo permitiré que difames a mi esposo! -iSon hechos conocidos! jTodo el mundo sabe que Cristóba es estéril y que mató a tres esposas! Le di otra bofetada: -IiSi vuelves a insultarlo, no seré amable! Vicente intentó hablar, pero Cristóba lIlegó con su séquito: -Esposa, te he esperado. Aliviada, corrí hacia é]| y tomé su mano: -FEI sefior Vicente está borracho y afiora a mi hermana. Hablamos un poco y por eso me demoré. ---- Cristóba alisó mi cabello despeinado: -No importa. Volteó hacia Vicente y ordenó a los guardias: - Ya que el sefior Vicente está ebrio, Ilévenlo a casa. Con cuidado. Los guardias lo arrastraron, pero no en dirección a la casa de Rojas. No era mi problema: merecía castigo por Ssus acciones. Esa noche, después de cenar, Cristóba y yo nos retiramos como siempre. De pronto, una mano cálida me rodeó la cintura. Confusa pero tímida, me dejé lIlevar. Hasta que mis dedos tocaron algo duro. -iTú...? -, balbuceé sorprendida. Cristóba me atrajo hacia su pecho, riendo: -iEstás satisfecha, esposa? No pude responder porque me besó. Las cortinas rojas cayeron, ocultando el amor tras ellas. Ala mafiana siguiente, Cristóba me confesó: -EI rumor de mi esterilidad lo propagué yo. Estaba ---- enfocado en mi carrera en el extranjero y no quería matrimonios arreglados. Lo de 'matar esposas' es accidental: mis padres me obligaron a casarme para ' probarme". Las envié al extranjero a estudiar en lugar de dejarlas languidecer aquí. Yo, acurrucada en sus brazos, pregunté: -éPor qué me revelas la verdad ahora? éNo temes que lo divulgue? Me besó la frente: - Eres mi esposa. Quiero un hijo contigo. Ruborizada, asentí: -Lo que tú digas. Él me tocó la nariz: -Dime cariãio. -CariÃio... Más tarde, nos mudamos al extranjero. En el tercer afio, mi padre murió de pena. Cristóba trajo a mi madre para que viviera con nosotros. Ella me contó que Vicente se rompió brazos y piernas ---- accidentalmente borracho. Tardó meses en sanar y quedó discapacitado y Luciana desapareció en el extranjero. Mientras observaba a mis gemelos dormidos, escuchando esas historias del pasado, sentí que otra vida había terminado.
