---- Capítulo 7 En el auto, Daniela seguía marcando sin parar el teléfono de su hija. -Sigue apagado -miró ansiosa a su esposo-. Mariana nunca deja de contestar el teléfono. -No te apures todavía, voy a Ilamar a Carlos -Fernando decia mientras manejaba. El teléfono sonó mucho tiempo antes de que contestaran. -Suegro? -La voz de Carlos sonaba extraíia. -Carlos, zestá Mariana contigo? -Preguntó con urgencia-. Su teléfono está apagado, no la contactamos. El abogado dice que transfirió todos sus bienes a Viviana, nos preocupa que tal vez... Del otro lado hubo silencio por unos segundos. -Suegro... udónde está ahora? -Vamos de camino a su casa -Daniela le quitó el teléfono-. gEstá Mariana contigo? z Está bien? -Ustedes... vengan rápido -la voz de su yerno se hizo más grave. -é Qué está pasando? -A ella se le fue el alma del cuerpo-. ;Le pasó algo a Mariana? jHabla! -Suegra, usted... cuando Ileguen lo sabrán. Manejen con cuidado. Colgó el teléfono. Daniela miró a su esposo, a ambos se les cambió la cara. -iManeja más rápido! -Ella lo apuró-. jPasó algo! Mi hija... ---- Veinte minutos después, se detuvieron frente a la mansión de los Duque. El portón estaba abierto y en el patio había un auto negro de la funeraria. -No... -Las piernas de Daniela se debilitaron-. jNo puede ser! Se tropezaron mientras corrían hacia adentro. En la sala, Viviana estaba sentada en el sofá, con los ojos hinchados y rojos. Carlos estaba parado junto a la ventana, dándoles la espalda. -iDónde está? -Su voz temblaba-. ;Dónde está mi hija? Su yerno se volteó. --Suegro, suegra... -iDónde está? -Fernando se apoyó en el marco de la puerta-. Dinos, udónde está? -Arriba -Carmen bajó por las escaleras, con tristeza-. Seõor Morales, sefiora Morales, lamento su pérdida... les doy mi pésame. -iPésame? -Daniela gritó-. . Qué quieres decir? Como loca corrió hacia arriba, Fernando la siguió. La puerta del dormitorio principal estaba abierta. Mariana yacía tranquila en la cama, vestida con un vestido de color claro. Tenía las manos cruzadas sobre el pecho. Su cara estaba pálida y tenía una expresión serena. Incluso tenía una leve sonrisa enlos labios. -iNo! -Ella se lanzó hacia la cama, abrazando el cuerpo - Mariana! Mi hija! iDespierta! |Mamá está aqui! -Mariana... -Las lágrimas de su padre brotaron. Con manos ---- temblorosas tocó el rostro de su hija-. Cómo puede ser... anoche estabas bien... -Me equivoqué, no debi decir esas cosas... -Sollozaba-. ;Puedes despertar? iNunca más voy a ser injusto! Pero lo único que les respondia era el silencio eterno, -eQué... qué pasó? -Daniela levantó su cara bafiada en lágrimas-. iCómo pudo ser tan repentino...? -La sefora tenía cáncer terminal -Carmen estaba parada en la puerta -. Falleció esta mafiana a las seis -gCáncer? -Fernando no podía creerlo-. ; Cómo es posible? Nunca dijo nada.. -Hace tres días, el médico dijo que, si no recibía tratamiento, le quedaban setenta y dos horas de vida. El aire se espesó. -Pero esa plaza de tratamiento... El padre cambió de color. -Se la dieron a la sefiorita Mendoza. Todas las miradas se dirigieron a Viviana, quien palideció. -iNo, no es así! -Ella se defendió, confundida-. jRealmente estaba enferma! Mis rifiones... -Esta es la carta de despedida de la sehora -La empleada la interrumpió, repartiendo las cartas a cada uno. En la sala solo se escuchaba el sonido del papel moviêndose y el llanto contenido.