Capítulo 6: ???? ???? ???? ???? ???? “Victoria, mucho gusto” Se la tomó. “¿Dime que te llevó a ir?” “Necesito un trabajo, mira me fui de casa con lo puesto, conseguí por ahora donde vivir, pero necesito trabajar. Recorrí todos los negocios pero ninguno quiso tomarme” “¿Tienes alguna pretensión, sabes hacer algo?” “No, cero pretensión y no se hacer mucho, pero tengo voluntad” “Ok, mañana hablare con alguien y veré que te consigo” Le sonrió amablemente. “¿Tienes dinero para comer hoy?, puedo darte algo” “No te preocupes, Pablo, estoy bien. Tu consígueme un trabajo y te lo agradeceré mucho” “Bien” Metió su mano en el bolsillo y sacó un teléfono móvil. “Toma, no es muy sofisticado, pero cumple su función, tiene algo de saldo, en la memoria está mi número por si necesitas algo”. “Gracias, Pablo, te lo devolveré en breve” “Confío en que sí, ahora debo hacer mi ronda. Que pases bien Victoria, cuando tenga alguna novedad te llamaré” Ambos jóvenes, luego de despedirse, se separaron y tomaron cada uno rumbo a su destino. Antes de abrir el gigantesco portón, Victoria se cercioró que nadie la viera. No quería invitados inesperados ni que alguien llamara a la policía. Entró algo más de leña y encendió la estufa del dormitorio, como la noche anterior. Luego de comer algo se tiró sobre la cama. No pudo quitarse a ese hombre de la cabeza. “Franco, que nombre tan hermoso, como él, le pegaba de maravilla…” Pasaron un par de días Victoria seguía recorriendo locales en busca de trabajo, pero sin éxito. Ya estaba empezando a desesperarse cuando el móvil le sonó. “Victoria, te conseguí un trabajo, es de medio tiempo, pero para comenzar te servirá” “Pablo, ¡Gracias!” “Es en la cafetería frente a la plaza, ve y habla con Lucero, te estará esperando” “Voy volando” La joven se dio un baño, para ir lo más aseada posible, y se cambió de ropa, es que había encontrado algo de ropa en los armarios de la casa. “Hola, busco a Lucero, soy Victoria” Del fondo se acercó una chica. “Hola Victoria, soy Lucero, Pablo me dijo que vendrías. Ven, te mostraré de que se trata el trabajo” Victoria y Lucero hablaron por largo rato y se pusieron de acuerdo, así que la joven empezó a trabajar en ese mismo momento. Lucero sabiendo la situación de todos los jóvenes que provenían de Pablo, le pagó el día al terminar. “Victoria, esta semana te pagaré al final de cada día, para que tengas con que manejarte, luego la paga será semanal”. “Me parece perfecto y te lo agradezco mucho”. Los siguientes días pasaron más rápido de lo acostumbrado para ella, ahora tenía un motivo en su vida. El trabajo le gustaba, era agradable con la gente y la gente lo era con ella, hacía buenas propinas. Pronto, Lucero le ofreció el horario completo y lo aceptó. Una tarde, a la hora de la merienda, Lucero entró en la despensa, donde Victoria estaba acomodando algunas cosas que habían llegado. “Vic, necesito que me ayudes ya. Vinieron unos ejecutivos a merendar, están en el privado y yo no puedo atenderlos, ¿Puedes ir?” “¡Claro que sí!, voy de inmediato” Victoria pasó por el baño a lavarse el rostro y arreglarse el cabello, el cual ató con una coleta muy alta y tirante. Sabía que, si daba una buena primera impresión, la propina era segura. Se dirigió al salón privado e ingresó “Buenas tardes caballeros, bienvenidos, mi nombre es Victoria y seré su mesera esta tarde” Eran unos 10 0 12 ejecutivos, se veían muy importantes, todos metidos en sus costosos trajes. Ella rodeó la mesa entregando a cada uno la carta para que hicieran sus pedidos. Una vez que terminó la ronda, comenzó nuevamente con su libreta en la mano para tomar nota.