---- Capitulo 10 -jNelson, no te vayas! El grito de Ivana corté en seco el bullicio del salon. Y sin pensarlo dos veces, se lanzé contra la esquina de una mesa para detener a Nelson La cabeza chocé con fuerza y empezé a sangrar. Pedazos de porcelana se le clavaron en las manos, pero aun asi, estiré el brazo hacia él, desesperada La gente se aparté, confundida, sin saber cmo reaccionar Todo se queds en silencio. Solo el goteo de la sangre rompia el aire. Nelson se dio la vuelta justo a tiempo para ver sus ojos llenos de lagrimas, enrojecidos Esos ojos que siempre sonrefan... ahora estaban llenos de miedo Con las pestafias pegadas, la cara llena de sangre y los labios temblando, repetia una y otra vez la misma frase: -No me dejes, por favor. Solo te tengo a ti. Haré lo que quieras. pero quédate. Gustavo, al verla asi, rompié en llanto: -jMi mochila! Ahi esta su caja de medicinas. El doctor dijo que si volvia a alterarse asi... Nelson duds, con el corazén encogido. Por un instante, casi cedio. -Perdon... ---- Pero al final, dio media vuelta y se fue, sin mirar atras Una angustia profunda le apretaba el pecho. Ya no pensaba en nada més. Solo necesitaba verla, hablar con ella y decirle todo. -Elsa... {donde estas? Empujé la puerta del atico con fuerza. El olor a incienso, atin flotando en el aire caliente, le golped en la cara. Pero adentro... no habia nadie. El cuarto estaba vacio. La luz del sol entraba de lado, iluminando una caja de regalo sobre el escritorio. Y debajo, una hoja escrita a mano, con la tinta todavia fresca: "Desde hoy, cada quien por su lado. Nelson... no volveremos a vernos." Un golpe seco le estallé en la cabeza. Todo empezé a girar, a deshacerse. Se sostuvo como pudo, sintiendo que no iba a aguantar de pie. Con los labios temblando, negé con la cabeza. -No... No puede ser. Estas bromeando, {verdad? ¢A donde podria haber ido Elsa? No tenia a nadie. Desde que perdié a su madre, se quedé sola, una nifia sin amor. ---- Solo lo tenia a él. El era quien le secaba las l4grimas, quien la hacia reir, quien le prometia que nunca iba a dejarla sola. Juntos habian plantado ese jardin de duraznos. Ahi estaban sus recuerdos mds felices... todos. Y ahora... gde verdad queria irse de su vida para siempre? De pronto, recordé algo. Salié corriendo al patio, directo al arbol de durazno. Lo recordaba bien. Después de plantar los arboles, él y Elsa enterraron una cApsula del tiempo ahi, justo al pie del tronco. Dentro, Elsa habia dejado una carta para su "yo" del futuro. En esa carta escribié que Nelson era el chico que mas amaria en su vida. Que cuando creciera, queria casarse con él, cuidarlo y estar siempre a su lado. También habia dejado un anillo hecho con una ramita de durazno. Solo queria que, algtin dia, Nelson se lo pusiera en el dedo. Las lagrimas le nublaban la vista mientras empezaba a cavar con las manos. No le importaban las ufias rotas, los dedos sangrando. No se detuvo hasta encontrar la cajita de hojalata, cubierta de barro. Por un instante... sonrid. Pero al abrirla, la sonrisa se le borré al instante. ---- Dentro no habia carta, solo cenizas. Entre los restos chamuscados, atin se alcanzaba a ver un pequefio sello, con las palabras grabadas: "Unidos por siempre." Con las manos temblorosas, sacé lo que quedaba. Algo cayé entre sus dedos: la mitad del anillo. Todavia tenia hilos dorados, pero estaba quemado, deformado, irreconocible. Se llevo una mano al pecho. El aire le pesaba. Se volvié caliente, denso, imposible de respirar. Y fue ahi, en ese preciso momento... que Nelson por fin lo entendi: Elsa... de verdad se habia ido. Y esta vez... no iba a volver.