Capítulo 49: ???? ???? ???? ???? ???? “Esto no está saliendo como esperaba. ¿Necesitas algún tipo de implicación por mi parte? ¿Necesitas alguna prueba de que eres más que una simple aventura para mí? Puedo dártela”. Celia sintió que su corazón revoloteaba. No era pánico, sino miedo. ¿Podía dejar atrás el pasado y estar con él sin más? ¿Podía vivir con la incertidumbre y el derroche de su estilo de vida después de haber trabajado tan duro para tener una vida sencilla y estable? ¿Y si él estaba dispuesto a vivir esa vida aburrida y tranquila con ella cuando no estaba de gira? “Celia, no solo soy músico”. “Lo sé. También eres un compositor muy talentoso”. “No era eso lo que quería decir”. “Oh… ¿Qué era entonces?” Le preguntó ella, repentinamente decepcionada y confundida. Él respiró. “No puedo decirte más de lo que estoy a punto de decirte, pero quiero que sepas que confío en ti y que estoy implicado”. Celia le miró a los ojos, expectante. “Trabajo para el Coronel Salvatore” Hizo una pausa. “Y John Salvatore trabaja para la Interpol”. Celia trató de asimilar lo que Malcolm acababa de decirle. Era tan increíble. Tan inesperado. No podía estar hablando en serio. Sin embargo, cuando le miraba, veía que estaba siendo sincero. Era una especie de agente secreto. “Salvatore tiene un grupo de agentes autónomos que trabajan para la Interpol. Es gente con la que cuenta una o dos veces al año para operaciones secretas de búsqueda de evidencias para la investigación de delitos internacionales. Por mi trabajo, puedo moverme en círculos muy influyentes, y algunos de ellos tienen vínculos de dudosa legalidad con organizaciones criminales. Tener a alguien como yo en nómina es bueno para la Interpol. Así no tienen que pasar meses preparando una operación secreta”. De repente las piezas del puzle empezaron a encajar. Todo empezó a cobrar sentido. “Por eso sabías lo de las amenazas”. “Solo he intentado seguirte el rastro para asegurarme de que estabas bien. Hice una petición a mi jefe para que me informara si tenías algún problema. Nunca le he contado esto a nadie. Es la primera vez”. “¿Ni siquiera a tu representante? ¿O a tus amigos? ¿También son agentes?” Malcolm la hizo callar con un beso. “No me hagas preguntas que no puedo contestar. He compartido contigo toda la información que he podido para que sepas que no me estoy tomando a la ligera lo que ha pasado entre nosotros. Esto ha significado algo para mí. Significas algo para mí. Confío en ti. ¿Puedes darme tu confianza a cambio?” Sus palabras reverberaron en la mente de Celia. No eran más que el eco de algo que ya habían dicho, en el pasado. Él quería que confiara en él, en su capacidad para darle un futuro, y ella necesitaba hacerle entender por qué era una buena idea dar al bebé en adopción. Pero el tiempo había pasado. Eran adultos, más sensatos. Por mucho que quisiera perderse en esa vida de ensueño, Azalea la perseguía muy de cerca. De hecho, una gran parte de ese pasado la esperaba en Londres, y se encontraría con ella en cuanto viera a Terri Ann. Después del viaje en avión a Londres, Malcolm decidió conducir su flamante deportivo por la campiña inglesa. Ella se había sumido en el silencio desde que le había contado su secreto. Podía ver cómo giraba el engranaje, pero no sabía qué pasaba por su cabeza y solo podía conjeturar al respecto. ¿Estaba enfadada? ¿Preocupada? No parecía que tuviera un ataque de pánico. La miró de reojo.