Corazón esteril
Pov Isabella.
“Amor, ven por favor”, le grito a mi esposo que sigue en la planta alta encargándose de terminar su maleta.
Es 7 de mayo, mi cumpleaños número veintiséis y nuestro aniversario número tres.
Si, ya sé que es bastante meloso habernos casado justo el día de mi cumpleaños, pero fue realmente el regalo perfecto que no fue planeado para esa fecha en específico pero las cosas se acomodaron así y la verdad es que fue maravilloso.
Esta noche tendremos nuestro viaje de festejo ¡Por fin conoceré Europa!
Estos 3 años de matrimonio, han sido como un sueño, Aarón es todo lo que una mujer soñaría y más…
Médico cirujano, cariñoso, se lleva de maravilla con mi familia y está por demás decir que es un hombre muy atractivo, su 1.87 fue lo primero que me encanto de él, seguido de su piel morena, su afilada nariz, cejas pobladas y pestañas rizadas (que le envidie en todo momento), unos labios de tentación, brazos fuertes y los ojos miel más impactantes que había visto hasta el momento.
Todo parece perfecto desde fuera, somos la pareja ideal desde los ojos de todos los que nos conocen, hay mucho amor, pero la sombra de la infertilidad me mantiene con un hueco que no se llena con nada.
Aun así, trato en todo momento de vivir y disfrutar de lo que la vida me ofrece que es mucho, a decir verdad.
“¿Qué sucede amor?”, me dice mientras se posa al inicio de las escaleras.
Su look desenfadado me hace sonreír al ver las pantuflas que le regalo mi madre en su cumpleaños de un muñeco que no conozco pero que sé que no son muy adecuadas para un hombre de 30 años.
“No encuentro los tickets del vuelo”, me mira y me regala una sonrisa de medio lado.
“Yo los guarde princesa”, sonrió porque sé que en donde yo soy tormenta él es calma, donde él es orden y rectitud yo soy fiesta y alegría… el complemento perfecto pensé.
Se acerca y me da un pico en los labios”,
“Sabía que tú los dejarías por cualquier lugar así que yo los guarde, no te preocupes tanto”, toma mi barbilla y acerca su frente a la mía.
“Voy a ducharme salimos en 4 horas y no quiero estar con prisa… ¿Vienes?”, pregunta.