---- Capítulo 5 'Si esta es tu decisión, entonces te la concedo. Me iré con León. Te deseo felicidad." Al mismo tiempo, el teléfono de Leandro -quien esperaba vestido de novio- vibró. Sintió un inexplicable escalofrio en el corazón. Al leer el mensaje, arrojó el ramo de novia preparado para Daniela y salió corriendo. Las cortinas se abrieron. Daniela, con un vestido de novia de alta costura, apareció lentamente, esperando la mirada de admiración de Leandro. Pero solo encontró un escenario vacio. Leandro saltó directamente a un deportivo y aceleró hacia el aeropuerto. Mientras adelantaba coche tras coche a toda velocidad, marcaba mi número repetidamente. El tono de Ilamada sonaba interminable, aumentando su desesperación. Tocó el claxon con furia. -iéPor qué hay tanta gente?! En el quinto casi-accidente, Leandro golpeó el volante y maldijo. Su guardaespaldas, con la frente sudorosa, murmuró: -Patrón, es Navidad. Hay eventos por todas partes, por eso. Leandro giró la cabeza bruscamente: -iNavidad? Era el aniversario de nuestro compromiso. Lo había olvidado. ---- Planeaba vernos después de la boda, dando por sentado que siempre estaríamos en casa esperándolo. Habia comprado regalos para compensarnos pero nunca imaginó que León y yo ya lo habíamos dejado atrás. Solo quedaban una casa vacia y el interminable tono de Ilamada. El viento gélido de diciembre entró por la ventana, despejando su mente. La gente en las calles celebraba con sus famiílias, sonriendo feliz. De pronto recordó nuestros primeros dos aíios de compromiso: cocinando pavo juntos, decorando el árbol, abrazándonos en Navidad. Ahora todo había desaparecido. El tráfico estaba completamente detenido por algún evento adelante. Después de 20 minutos, Leandro abrió la puerta abruptamente: -Quédense con el coche. Iré corriendo. Entre la multitud festiva, un hombre corría desesperado hacia el aeropuerto, completamente fuera de lugar en la atmósfera navideõa. Queria recuperar la felicidad que había perdido. Al Ilegar al aeropuerto, Leandro sabia la sangre en la boca, con el pecho agitándose. El poderoso jefe, ahora reducido a esto, interrogaba a los empleados una y otra vez Pero solo habia una respuesta: nuestro avión había despegado una hora atrás. Mirando la puerta de embarque vacia, su corazón se detuvo por un instante. Finalmente entendió que me habia ido para siempre. -iNo es posible! Ella me amaba... no podría... .cómo pudo...? ---- Las lágrimas caían mientras reía amargamente. Cuando sus guardaespaldas Ilegaron, encontraron a su jefe riendo y Ilorando frente a la terminal. Al verlos, Leandro recuperó su compostura: -Volvamos a la empresa. En el camino, Daniela Ilamó: -iDónde estás? La boda está por empezar. ;Acaso no quieres casarte? Su voz, antes seductora, ahora sonaba histérica: -iContéstame! Si me tratas así, .no temes mi famiília...? Leandro escuchó sus amenazas con indiferencia, recordando que yo nNunca usé amenazas para obtener nada. De hecho, nunca quise nada de él, solo amarlo incondicionalmente. Acercando el teléfono a su boca, dijo con calma: -No me casaré. Y tu família es solo mosca para mi. Mafiana mismo pueden dejar de existir. Cortó la Ilamada, ignorando los alaridos.