---- Capítulo 6 Recostado en el asiento, Leandro revisó nuestros mensajes, En los últimos seis meses, nuestras conversaciones habían sido escasas. La mayoría eran mis saludos: "Buenos días' noches", "Descansa bien". , "Buenas Leandro rara vez respondia. Por lo general, solo escribía un "Bien' para confirmar que lo habia visto. Pero desde que comenzó a frecuentar la habitación de Daniela, nuestros mensajes disminuyeron aún más. En el último mes, ni siquiera le había deseado buenos días. Al seguir deslizando el teléfono, Leandro de repente se inclinó hacia adelante, frunciendo el cefo. Encontró los mensajes más recientes, enviados hace unos días. Eran mis súplicas para que asistiera al cumpleafos de León. En ese entonces, é| estaba ocupado planeando su compromiso con Daniela. Habia olvidado por completo el cumpleaos de hijo. Creia que nuestra aparición repentina ese día habia sido un intento de humillarlo. La imagen de León arrodillado Ilamándolo Patrón resurgió en su mente. Le dolió tanto el pecho que se lo sostuvo con una mano. El último mensaje era mi despedida: "Si esta es tu decisión, te la concedo. Me iré con León. Te deseo felicidad." Leandro pateó violentamente el respaldo de la silla. -iSofía! iNo te dejaré escapar! iTe encontraré y te ataré a mi lado! ---- Volvió a Ilamarme, pero, por supuesto, solo escuchó el tono de ocupado. -jA casa!- ordenó en voz baja, El guardaespaldas giró el automóvil de inmediato. Durante esos seis meses, yo había estado casi siempre en casa, esperando su regreso. Leandro pensó que, quizás, si volvia, me encontraría allí, esperándolo como siempre. Que todo había sido una broma míia. El auto se acercó lentamente a la villa. Una luz cálida se filtraba entre las cortinas. Leandro se relajó por completo. Antes de que el auto se detuviera por completo, abrió la puerta. Se arregló la ropa frente a la entrada y adoptó su habitual expresión impasible. Si era una broma, estaba decidido a reprenderme severamente y luego abrazarme y consolarme. Terminó de pensar y abrió la puerta. -Ya Ilegué- dijo, esperando que esa persona anhelada se lanzara a sus brazos. De repente, sintió calor en su pecho. Pero no era yo. Era Daniela. Ella tenía los ojos rojos y habló con voz quebrada: -Carifo, « dónde estabas? Pensé que me habías abandonado. Ya estaba irritado por no verme, y ahora Daniela aparecía en el peor momento. La apartó con fastidio y entró gritando mi nombre. ---- -iSofía! Basta de bromas, Sofía. jSal ahora! Pero yo ya no estaba. No solo eso. Todas nuestras pertenencias habían desaparecido. Incluso nuestras fotos juntos habían sido cortadas, dejando solo la imagen de Leandro. En el jardín, había un montón de cenizas. En el borde, una esquina de una foto sin quemar delataba el destino del resto. Todo lo nuestro -incluso esas fotos que alguna vez atesoré- se habia convertido en polvo. Leandro cayó de rodillas, con un dolor agudo en el pecho. Tomó un pufiado de cenizas y las apretó con fuerza, pero aún así sintió que algo se escapaba entre sus dedos. -iLeandro! Una voz lo Ilamó desde la entrada. Alzó la vista con esperanza, deseando que fuera yo. Pero era Daniela. Su expresión se oscureció al instante, sin rastro de ternura. - Qué?- respondió con frialdad. Daniela se sobresaltó por su tono, pero sonrió. -Ya estamos casados, y Sofía se fue. ,Podemos mudarnos hoy a la habitación principal? Haré que las sirvientas la limpien. La habitación principal había sido la nuestra. Y Daniela ya queria ocuparla. Leandro soltó una risa burlona. -iEres tan patética? ; Tan desesperada por reemplazar a Sofía? ---- Daniela lo miró incrédula, balbuceando: -éLeandro? Él la agarró del cuello y la acercó a su rostro: -gTú? gCrees que puedes ocupar el lugar de Sofía? Ella es mi única esposa. Tú solo eres la puta que se acostó con mi hermano. Nunca tengo intención de casarme contigo. Daniela forcejeó, su rostro usualmente seductor ahora distorsionado por el odio: -iePor qué me haces esto?! Leandro rió con más fuerza: -En el baile, te invité a bailar y me Ilamaste 'un simple Segundo al mando". Luego fuiste a lanzarte a mi hermano. Así que usé a tu familia para Ilegar a ser jefe para después patearte como tú me pateaste a mí. Con un tirón, arrancó el collar de zafiros del cuello de Daniela. Se fue sin mirar atrás, llamando a su consejero: -Encuentra a Sofía. Ahora. Mientras tanto, yo acababa de aterrizar. Las noticias hablaban de cómo Leandro habiía abandonado a Daniela en el altar. -Dicen que Leandro se fue al extranjero después de que Daniela lo rechazara. ;Por qué huir ahora? León me preguntó en voz baja: ---- -Mamá, ;hablan de Patrón? Sonreí y tomé su mano: -Ya no es asunto nuestro.