---- Capítulo 10 -gAsí que todavía no me crees? -Irene inclinó la cabeza y sonrió trágicamente-. Si realmente no lo crees, entonces simplemente piensa que se fue al extranjero. Las personas son contradictorias. Irene intentaba que Daniel aceptara la realidad de mi muerte, mientras él se aferraba a la idea de que era una maniobra de nuestra parte. Pero cuando Irene dejó de intentar convencerlo, é| se le Ilenaron los ojos de lágrimas. -lrene, zestás mintiendo? -SÍí, considérame una mentirosa, al fin y al cabo, tú no crees nada. Irene no queria seguir explicando, estaba cansada. Durante este tiempo, ocupada con mis asuntos finales, su rostro, que antes había ganado un poco de redondez por el embarazo, se había vuelto mucho más delgado. Se dio la vuelta para marcharse, pero Daniel la agarró fuertemente por la mufieca. -iSuéltame! -iNo! Si no me aclaras lo de Catalina, hoy no te vas a ir -Daniel hablaba con una voz temblorosa, su respiración comenzaba a acelerarse. -Ya he dicho todo lo que tenía que decir. Nunca más verás a Catalina, jtú, cobarde conformista! -é Qué demonios le pasó a Catalina? |No me dejes en la oscuridad! -Ya he dicho lo que tenía que decir. Irene se sacudió con fuerza para zafarse de su agarre, sacó un pafiuelo húmedo para limpiar el lugar que Daniel habia tocado y ---- luego lo arrojó al suelo con desdén. -Daniel, eres un cobarde. Tus padres han estado en conflicto desde hace tiempo, y tú sigues siendo ingenuo, pensando que puedes mantener a tu familia unida. ; Qué tiene que ver Catalina con el nuevo matrimonio de tu padre? No te atreves a culparlo a él, pero desquitas tu rencor con Catalina. ; Qué te debe ella? jEs una lástima que le gustes a alguien tan problemático como tú! -la velocidad de Su discurso aumentaba, y sus palabras se volvían cada vez más hirientes, hasta que, en medio de su rabia, comenzó a llorar. -iDaniel, eres una desgracia! 14 Después de que Irene se fue, Daniel se quedó parado en el mismo lugar durante mucho tiempo. El bullicio a su alrededor finalmente lo trajo de vuelta a la realidad. Lo observé mientras, siguiendo el rítual, le pedía matrimonio a Estrella. Cuando el pastor le preguntó si aceptaba, é| miró en silencio hacia la puerta, como si esperara algo. Pero cuando el pastor repitió la pregunta por tercera vez, escuché su Voz rasposa decir: -Acepto. En el momento en que pronunció esas palabras, sentí que mi cuerpo se volvia mucho más transparente. Tenía la sensación de que estaba a punto de dejar este mundo. Esa noche, Daniel se quedó solo en su estudio. La habitación estaba oscura, y sus cejas medio cerradas se difuminaban en el humo que se elevaba de sus dedos. De repente, como si recordara algo, sacó de un cajón un papel arrugado y en mal estado. Al desplegarlo, me di cuenta de que era aquella foto manchada de sangre. Humedeció un pafiuelo, intentando limpiar las manchas de sangre que habían caído sobre mi rostro. Pero ya se habían impregnado en el papel, cómo podría limpiarlo? Era como la brecha entre él y yo, que no se habia cerrado en seis afos. ---- Las largas pestaíias de Daniel caían, y su mano, con nítidos nudillos, apretaba con fuerza aquella foto. Sus ojos comenzaron a enrojecerse, y murmuró para sí mismo, perdido en sus pensamientos. -Catalina, ; qué estás tramando ahora? ;Dónde está la promesa de acompaíarme toda la vida? Sí, alguna vez prometí estar con Daniel para siempre. Pero él no me quiso primero. Ahora, za quién le estaba mostrando esa mirada de celos? Su profundo amor por mí aquella noche parecía un sueio, y al día siguiente, él lucia enérgico, sin que la noticia de mi muerte lo afectara. El padre de Daniel cumplió su promesa y, tras el matrimonio de su hijo, le entregó el contro! total de Grupo Vargas. Su padre le dio una palmada en el hombro y le dijo con seriedad: -A partir de ahora, Grupo Vargas es tuyo. No actúes como un nifio y no me eches la culpa por volver a casarme.