Alissa Lawrence caminaba por la calle, el cielo era negro azabache y la brisa fría no dejaba de hacer contacto con su piel. Sus largos cabellos castaños oscuros ondeaban y ella sostenía una mirada preocupada, porque hoy había recibido una bronca de su jefe y tiene miedo de que ya no tenga este trabajo. Vio a un grupo de chicos de pie, fumando y mirandola con ojos lujuriosos, ella empezo a caminar en otra direccion y rapidamente se metio en un callejon oscuro. Los chicos empezaron a caminar detrás de ella, silbidos de lobo salían de sus bocas. Sus pies empezaron a temblar. Lo único en lo que podía pensar era si saldría viva hoy. Si no lo lograba, ¿quién cuidaría de su hermana de 16 años? Ella misma tenía veinte años, sus padres murieron en un trágico accidente de coche. Desde entonces, asumió todas las responsabilidades. De repente, un chico la agarró fuertemente de la mano, ella gritó pidiendo ayuda pero nadie la escuchó. Cayó al suelo, rodeándose el cuerpo con los brazos, rezando para que ocurriera algún milagro y apareciera alguien a ayudarla. De repente, todos los chicos empezaron a correr en dirección contraria, ella se levantó rápidamente y vio que había un coche de policía, había policías en él, rápidamente fueron hacia ella para ayudarla. Llevaban una linterna en la mano. La luz le daba directamente en los ojos, lo que le dificultaba mantenerlos abiertos. De repente, la oscuridad empezó a cubrirla y pronto se desmayó. Eric Williams, el mayor multimillonario de la ciudad de Nueva York. Es muy profesional en su trabajo, y las chicas buscan llamar su atención. Sabe muy bien que las chicas están dispuestas a todo por pasar una noche con él. Él tomaría una chica para una noche, y la zanja el otro día. Sin embargo, las chicas sabían muy bien que las dejaría, pero sus miradas eran algo para morirse, y se las daban todas. Eric estaba sentado en su silla grande y cómoda … como él era el CEO de las «Empresas Williams» De repente, su padre se dirigió hacia el escritorio de su hijo.