---- Capitulo 1 Todas las lobas de la manada nos envidiaban a mi hermana Aurora y a mi, por estar emparejadas con los gemelos Alfa. Sin embargo, nuestros compafieros cortaron nuestro vinculo mental cuando estaba embarazada de cinco meses y fuimos atacadas por unos lobos renegados; nos pidieron que no los molestaramos mientras salvaban a su hermanastra, la Unica mujer a quien realmente amaban. No solo perdi a mi hijo, mi hermana nunca podré transformarse a su forma de loba de nuevo, por lo que se convertiria en una Omega. Tras confirmar que Aurora también habia recuperado la conciencia, inmediatamente le envié un mensaje mental a Alexander para romper nuestro vinculo como compafieros. Sin embargo, durante dos dias consecutivos, no obtuve mas que silencio de su parte. Entonces, me di cuenta de que habia bloqueado nuestro vinculo mental -Nuestro bebé se ha ido -finalmente le escribi un mensaje de texto. Para mi sorpresa, ese mensaje provocé una llamada inmediata, la voz furiosa de Alexander reson en el teléfono. -Aria, zqué forma de actuar es esa? Solo porque no respondi répidamente tus llamadas, decidiste deshacerte de nuestro hijo? - Su voz era helada y lena de furia~. Te dije que te quedaras segura en la casa de la manada mientras estuvieras embarazada de mi ---- heredero, pero prefieres andar deambulando por ahi. Luego me bombardeaste con nueve vinculos mentales seguidos, insistiendo hasta el cansancio porque no te respondi de inmediato. cEstds loca? -iVictoria estaba en peligro! Fue secuestrada y casi pierde a su cachorto. {Qué podria ser mas importante que salvar sus dos vidas? Déjame ser perfectamente claro: deja de usar a nuestro hijo para tratar de manipularme. Si quieres terminar con el embarazo, hazlo. jHaz lo que quieras! -Alex -escuché la débil voz de Vicky desde el fondo-. No te enfades con tu compafera, solo esta preocupada por ti. Todo esto es culpa mia... ~Vicky, esto no tiene nada que ver contigo... -Su voz se suaviz6 antes de cortar abruptamente nuestra llamada Coloqué una mano en mi sien, con una sonrisa amarga formandose en mis labios. Por supuesto, gcémo podria compararme en importancia con la preciosa Vicky? Ademés, sabia que intentar contactarlo nuevamente, solo me traerfa mas humillacién. Coloqué mi mano sobre mi vientre ahora plano, entonces el dolor y el sufrimiento me abrumaron; mi pobre bebé habia llegado a los, cinco meses, habia sido fuerte y con un latido constante, pero ahora ya no estaba, fue destrozado por esos lobos renegados. EI médico de la manada me dijo que las heridas fueron tan graves que quiza, nunca podria concebir de nuevo. Las garras de los renegados habian dafiado mis érganos reproductivos de forma irreparable. Alexander aun no sabia que en su busqueda desesperada por salvar a Vicky, no solo habia perdido a su hijo nonato, sino cualquier posibilidad de tener futuros herederos. Ademés, el ataque de esos lobos renegados no fue aleatorio; estaba dirigido especificamente ---- contra mi, todo por culpa de Alexander. Cuando esos hombres me rodearon, su Alfa me golped inmediatamente en el rostro con sus garras, por lo que me tambaleé hacia atrds, mareada por el impacto. En medio de mi desorientacién, escuché su voz llena de grufiidos. -iTu compafiero expulsé a toda mi manada de nuestro territorio! j Perdimos todo por su culpa! Nuestros terrenos de caza, nuestras. casas... jtodo desaparecié! -Escuchamos que el hermano de tu compafiero es duefio un terreno muy significativo en el norte. Ahora que te tenemos, él nos entregaré esas tierras a cambio de tu libertad -continué con fiereza. Al escuchar que solo querian un territorio, senti un pequefio alivio, pensando que existia una posibilidad de que pudieran perdonar la vida de mi bebé. Pero después de nueve intentos desesperados de vincularme mentalmente con mi compafiero y solo recibir silencio, mis esperanzas comenzaron a desvanecerse. La décima vez trajo nada mds que el frio rechazo de Alexander, sus palabras me despojaron de cualquier valor que pudiera tener ante los ojos de los. renegados No habia conocido ese nivel de terror antes. Al instante, cai de rodillas, rogando y suplicando repetidamente, habria hecho cualquier cosa, si tan solo perdonaban a mi hijo nonato. Pero mis stplicas no significaron nada, las garras del Alfa renegado desgarraron mi vientre con una precisién salvaje. Un dolor como nunca habia sentido atravesé mi cuerpo mientras mi sangre se derramaba sobre el suelo del bosque, cdlida y pegajosa Asi, sin mds, mi bebé se habia ido. Aun cuando esa misma mafiana, habia sentido esas pequefias patadas dentro de mi, ya no serian més que no recuerdo