---- Ella, joven y emocionada, gird sobre si misma con el vestido, con el rostro iluminado por la alegria -iEs tan bonito! -exclamé, girando demasiado rapido. No pude evitar mirar hacia ellos. Entonces, Wendy tropezé con el largo dobladillo del vestido, tambaledndose hacia adelante con un pequefio grito. En un instante, Ricardo se lanz6 para atraparla antes de que se cayera. Por otra parte, Alex salté, sujeténdole los hombros con firmeza. -Ten cuidado -dijeron al unisono, con la preocupacién marcaba sus voces. Una escena familiar se desplegé en mi memoria: una vez, hacia mucho tiempo, yo habia estado en el lugar de Wendy. Perdida en el recuerdo, olvidé apartar la mirada, hasta que Ricardo, tras asegurarse de que Wendy se encontraba estable, percibié mi atencién y levanté la vista. Sus ojos, cdlidos y preocupados por ella apenas unos segundos antes, se volvieron tan frios como el hielo al encontrarse con los mios. Siendo honesta, eso me dolié mas de lo que estaba dispuesta a admitir, asi que, aparté la mirada con rapidez y me levanté para ofrecer ayuda. Déjame arreglar el dobladillo, es demasiado largo -dije, acercdndome. Pero, en mi prisa, tropecé con la pata de la silla y cai pesadamente al suelo, raspandome la palma contra el dspero piso del hospital {Qué estas haciendo? -grufié Alex-. gLe compraste un vestido ---- tan largo a propésito? Sabes lo torpe que es. -No, yo... ~comencé a responder, pero las palabras se me atascaron en la garganta. -El vestido es perfecto -me interrumpié Wendy-. Solo debo tener mas cuidado. Me incorporé, conteniendo un gesto de dolor por la herida en la piel. No obstante, Ricardo me miré desde arriba, con frialdad. -{Ahora quieres dar léstima? ,De verdad eres tan envidiosa que no puedes vernos ayudar a Wendy sin armar una escena? La acusacién me dolié mas que la caida, pero no dije nada y, en silencio, me levanté por mi cuenta. La sangre manaba por mi palma, pero répidamente la escondi tras mi espalda,
