---- Capítulo 6 Esa noche, quedé con Javier para cenar juntos. Hablar con él fue algo muy agradable, y cada día que pasaba a su lado me sentía increíblemente relajada. Después de la grata cena, Javier sugirió ir a ver una película. Me quedé un poco desconcertada; ya no recordaba la última vez que fui al cine. Vimos una película de comedia super graciosa, y me reí como una tonta en la sala de cine. Fue el día más feliz que había tenido en muchísimo tiempo. Así que, cuando él se ofreció a Ilevarme a casa, no me negué. Por supuesto, lo que no esperaba era encontrarme justo con Alejandro esperándome frente a mi edificio. Cuando vio a la persona que estaba a mi lado, Alejandro se quedó visiblemente sorprendido. No tenía intención alguna de explicarle nada. ---- Le hice un gesto a Javier para que se fuera; él no hizo preguntas, tal vez pensó que era un asunto personal, y se marchó con un ligero despido. -iQuién es é|l? - Alejandro me agarró la mano y me lo preguntó con un tono inquisitivo. - iNo tienes derecho a saberlo! -Le respondí, soltándome con fuerza de su agarre. -iUnos días? ;Y ya no podías esperar para encontrar a alguien nuevo? - Detecté de inmediato un tinte de enfado en su voz. Yo me sentía indiferente: - Alejandro, creo que fui muy clara. Quiero el divorcio. Espero que firmes los papeles lo antes posible. Él movió los labios, soltando una amarga sonrisa: - Yalo habrás oído, la empresa ha perdido su flujo de efectivo. Lo miré fijamente sin decir una palabra. - PAlejandro, sabes, estoy cansada, ahora solo quiero divorciarme de ti. ---- - Si no firmas pronto, buscaré un abogado y presentaré una demanda. - -No, estás equivocada. Yo en realidad no amo a Ana, la cuidé porque se deprimió cuando nos casamos, j pero ahora ya no tengo nada que ver con ella! Él suplicó una y otra vez: - María, ya no la amo, jla persona a la que amo ahora eres tú! Aparté furiosa su mano y me reí: - "Te amé con locura durante cinco afios, iy apenas ahora decides amarme tú? - Alejandro, firma el divorcio, jno me hagas perder el respeto por ti! El rostro de Alejandro palideció. - Sabes que lo que siento por ella es solo un afecto de infancia. - Además, ahora veo quién es realmente; se alió con gente de afuera para tenderme una vil trampa, jella es una persona despreciable y sin escrúpulo alguno! ---- - REl robo en la empresa también debe ser obra suya, pero no tengo pruebas de ello. De lo contrario, ya la habriía enviado a la cárcel. Nunca había visto a Alejandro tan desesperado por explicarse. Pero mi corazón permanecia indiferente ante todo esto. «Porque, ide qué sirve ver la verdad ahora?» Le hablé con frialdad, palabra por palabra: - Déjame ir, Alejandro. Me quiero divorciar de ti no por Ana, sino porque tú no me amas. Alejandro me miró desconcertado. Continué diciendo: -Todos estos anios, has progresado gracias a los contactos de mi familia, ya has conseguido demasiado. - "Tú siempre pensaste que solo eras un artículo a la venta. -Creías que fue el dinero lo que nos mantuvo unidos, cuando de otra forma nunca nos habríamos cruzado ---- enlavida. - Podías elevarme muy alto, pero siempre deseando poder derribarme al abismo cuando quisieras. - Y yo, durante estos cinco afios, me perdí a mí misma, aceptando quedarme atrapada en esta jaula, dispuesta siempre a ser un pájaro que solo buscaba complacerte. - Pero ahora lo entiendo, la única forma de evitar un destino aún más trágico es alejarme definitivamente de ti. |Recuperar mi verdadera identidad! Alejandro se quedó pasmado. Después de un largo rato, habló: -No, María, todo lo que deseas, jyo puedo dártelo a partir de ahora! No, no podía dármelo. Además, jya no lo quiero! Esa noche, después de mi tensa discusión con Alejandro, noté una figura en la distancia. Era Javier. Sus ojos se Ilenaron de lágrimas de repente; corrió ---- apresurado hacia mí y me abrazó con tanta fuerza que parecía querer fundirme en su cuerpo. Con la voz quebrada, me dijo: -María, durante todos estos afios has sufrido demasiado. jAlejandro no supo valorarte! A partir de ahora, yo te amaré como te mereces. Lo empujé con dulzura: -Javier, lo siento, antes de poder amarte de nuevo, yo aún... No había terminado de hablar cuando de repente sus labios ardientes se posaron sobre los míos. Intenté por un momento zafarme de su abrazo, pero él me sujetó aún más fuerte. Su beso, feroz y urgente, Ilevaba un toque de resentimiento por haberlo rechazado hace cinco afios.