---- Capítulo 4 Miré el reloj, ya era tarde y supuse que todos estarían dormidos. Cuando me necesitaban, eran puras amabilidades, y ahora? Ni una llamada de preocupación. Al abrir la puerta de casa, un grito agudo me sobresaltó. -IiAy, Mariano, tengo miedo! - Encendí la luz rápidamente y encontré a Fabiola acurrucada enlos brazos de Mariano, con ojos llorosos. Al ver esta escena, la sangre me hirvió y, sin pensarlo, le di una bofetada a Fabiola. Ella primero quedó atónita, luego empezó a Ilorar. Mariano, al verla "herida", saltó en su defensa: - jValeria, estás loca! Solo veíamos una película por aburrimiento, jno sabíamos que era de terror! jSe asustó cuando abriste la puerta y por eso se refugió en mí! -íéVer una película requiere abrazarse? Si no hubiera llegado, ihabrían terminado durmiendo juntos? Me ignoras todo el día pero ves películas a oscuras con tu amiguita. éQuieres que lo discutamos en público? Mariano, rojo de ira, balbuceó: - Tú... jte has vuelto una arpía! Les rodé los ojos: - Sí, sí, soy una arpía y esta arpíava a dormir. éUstedes también se unen? ---- Fabiola, cubriéndose la cara, bajó la cabeza en silencio mientras las lágrimas caían dramáticamente. Qué conmovedora actuación. Mariano, siempre el caballero, corrió a la cocina a hervir un huevo para evitar que se le hinchara la cara a Fabiola. Necesitaba descansar para la batalla de mafiana, así que me fui directamente a dormir. Cuando Mariano intentó acostarse, lo eché de una patada y terminó escabulléndose a la sala. Ala mafiana siguiente, mis suegros vieron a Mariano hecho un ovillo en el sofá. Mi suegro, furioso, me increpó: - jéCómo te atreves a hacer que tu marido duerma en el sofá?! iNo tienes dignidad como mujer? Yo invite a Fabiola y Mario a quedarse, éahora quieres echarnos a nosotros también? - Papá, mamá, solo quería que Mariano y Fabiola revivieran su infancia. (Cómo iba a saber que Fabiola no lo dejaría dormir en su cuarto? -iValeria, estás enferma! jEstamos casados, jamás dormiría con otra mujer! - protestó Mariano. -iVaya, pensé que habías olvidado que eras casado! Fabiola, cubriéndose la cara, intentó mediar: - Valeria, no te enojes con Mariano. Todo es mi culpa, no quiero ---- afectar su matrimonio, jme siento terrible! Mi suegra frunció el cefi Con nosotros presentes, écómo podrían hacer algo indebido? Además, si Mariano realmente quisiera estar con Fabiola, jtú ni siquiera estarías aquí! : - Valeria, eres tan inmadura. Carlos, despertado por la discusión, se quejó: - jTanto ruido! Valeria, qué aburrido que las mujeres siempre peleen por celos. jDeberías aprender de Fabiola cómo ser una buena esposa y madre! Fabiola me lanzó una sonrisa desafiante, que rápidamente ocultó. -Ya es hora, jdebemos ir al aeropuerto! Valeria, no olvides cargar el equipaje en el auto. jNos vemos en la playa! Seguían tratándome como su sirvienta, dejándome todo el trabajo. Contuve mis emociones y sonreí. - Adelante, j buen viaje!