---- Capítulo 11 Perspectiva de Sabrina -De verdad crees que unas cuantas palabras vacías borrarán todas las mentiras, traiciones y humillaciones, por las que me hiciste pasar? -pregunté, con la voz helada. É! tuvo el descaro de sonreir, realmente sonrió. Fue entonces cuando me di cuenta: todavía no lo entendía. -No me digas que esperas que te perdone y te siga bailando hacia Nueva York después de ese discursito barato, ;verdad? -dije, con un tono tan afilado como el cristal. Casi me dio risa, casi. -Me das asco, Arturo. Dios, zpor qué no te vi con mayor claridad antes? Frunció el ceão, la confusión cruzó su rostro. No estaba acostumbrado a que hablara así, o al menos, no a él. é Qué... qué dijiste? -preguntó, atónito. No parpadeé. -Dije que eres un asqueroso, Arturo Vélez. Sus mejillas se tiferon de carmesí, apretó la mandíbula con rabia ofendida. -Me disculpé, Sabrina. ;Qué más quieres de mií? He venido hasta aqui. Claro, por supuesto que Arturo Vélez pensaba que una disculpa bastaba. Que si aparecía con cara de miserable y murmuraba unos * lo siento", yo me derretiria y lo perdonaría. Después de todo, estaba acostumbrado a eso. Al mundo doblándose ante sus errores. ---- Me acerqué y su expresión cambió, una chispa de esperanza brilló en sus ojos como la Ilama de un tonto. Le levanté la mano y le di una bofetada, fuerte. El golpe resonó en el patio. Su cabeza giró hacia un lado, pero yo no parpadeé. -;Crees que porque te amé una vez, seguiré perdonándote cada vez que dices lo siento? Sus ojos se abrieron como platos, sin embargo, no le di oportunidad de hablar. -Te amé, Arturo. Me mudé a Nueva York por ti, incluso guardé silencio mientras atendías a tu querida tía, una y otra vez, porque quería creer en nosotros, queria creer que valias la pena. -Pero nadie puede seguir amando a un hombre que convierte el daão en costumbre -di un paso adelante, con voz baja y firme, continué-. Así que dime, .por qué diablos estás tan seguro de que yo, Sabrina Márquez, todavía te amaría, Arturo Vélez? Él retrocedió, fue sacudido físicamente por mis palabras, hasta sus rodillas cedieron y cayó al suelo. Miré al hombre que solía amar postrado ante mí, y no sentí más que asco. -Buen trabajo, Arturo -dije, de forma fria y clara-. La mataste, a la Chica que te amaba, la que sofiaba con casarse contigo, la que te habría dado todo, murió lentamente. En cada noche que la dejaste sola para arrastrarte a la cama de Beatriz. En cada día que se aferró a tus promesas mientras tú jugabas a la família con otra. -Se fue, y no va a volver -di un paso atrás, con la barbilla en alto-. La mujer que tienes delante ahora es la nueva Sabrina Márquez. Y estoy orgullosa de decir que soy una madre soltera. Así es, soltera. ---- -Tú? Solo eres un hombre parado en tierras de mi família. El rostro de Arturo perdió todo color, sus labios temblaron. -Pero... Ely.. -su voz se quebró, como si él mismo supiera que no merecia decir su nombre. -Es mia -dije-. Y de ahora en adelante, se Ilamará Ely Márquez. Me tendrá a mií, quizá algún día un nuevo padre, o quizá no. Después de todo, esa será mi decisión, pero lo que sea que nos depare el futuro, no tiene nada que ver contigo. ;Me entiendes? Arturo se fue cuando mandé a los guardias a sacar sus armas y apuntarle. Le tenía miedo a la muerte, así que se fue. Ni siquiera miró atrás, se alejó tambaleándose, magullado y roto, desapareciendo por el camino como un mal sueõo que se desvanece con la luz de la mafiana. Después, le pregunté a Ely, con suavidad. dejarte despedirte? iMe culparás por no Ella negó con firmeza. -Te tengo a ti, mami. No quiero ver al sefior Vélez nunca más. Luego, afadió, frunciendo el ceho. -No es un papá, es un hombre malo. Y así, supe que había hecho lo correcto. Arturo no merecia ver a Ely ni un segundo. Y yo habia criado otro espíritu feroz, como todas las mujeres de apellido Márquez. ---- Con la ayuda de Ana y mi madre, me entregué al negocio familiar. Lo expandí, lo reinventé y construí algo propio. La próxima vez que escuché el nombre de Arturo, fue en las notícias. Implicaba un accidente de coche que le causó una lesión en la columna, que terminó en parálisis. Se decia que la familia Vélez celebraba el embarazo de Beatriz. Ella esperaba un niõo, el heredero que siempre quisieron. Y sí, Arturo finalmente se casó con Beatriz. Probablemente, Sara orquestó todo. Pero luego, Beatriz y Sara chocaron por la herencia, el control y el poder. Una noche, Arturo perdió el control e intentó matar a Beatriz. Ella perdió al bebé, luego perdió la razón. Unos días después, Beatriz le disparó a Arturo en la cabeza, después se disparó a sí misma, Así, el imperio Vélez, antes despiadado, temido e intocable, se desmoronó entre el escándalo y la ruina Su caída resonó en cada rincón del bajo mundo. Y entonces, como si el caos no hubiera cruzado ya la línea hacia lo absurdo, Sara Vélez apareció en mi puerta, con lágrimas en los ojos y voz temblorosa. Pidió ver a Ely, dijo que habia cometido un error, que Ely era su nieta favorita y queria verla de nuevo, para criarla como la heredera de los Vélez No la dejé terminar, simplemente di la orden a los guardias Márquez ---- y en segundos, la escoltaron fuera de nuestras tierras. Miré a Sara por última vez y dije, con una calma e imperturbable. - Eso nunca va a pasar. Sefiora Vélez, espero que muera sabiendo que lo arruinó todo, que ocasionó la muerte a su hijo y el fin de los Vélez. Desde ese día, la poderosa sefiora Vélez desapareció del ojo público, como el resto de ellos. Nunca volví a saber nada de esa familia, y así era exactamente como lo queria. Porque la vida que construí con Ely, mi hermana, mi madre, y mi família, era sagrada, pacífica y completa. Y no dejaria que fantasmas del pasado perturbaran lo que tanto luché por proteger. Nunca más,