Capítulo 20: Se dio cuenta de que Verena no la reconocía. Tenía sentido, después de todo, incluso Ryan no la había reconocido antes en el banquete, y Verena estaba mucho menos familiarizada con ella que Ryan. —¿Podemos hablar? —preguntó Verena. Belinda respondió con una leve sonrisa. «Por supuesto». La curiosidad la picó, Belinda estaba interesada en lo que Verena quería decirle, sin saber su verdadera identidad. Se dirigieron juntas al balcón. Una vez allí, Belinda fue directa al grano y le preguntó a Verena: «¿De qué quieres hablar?». La mirada de Verena se detuvo en el rostro asombrosamente hermoso de Belinda, un rostro que despertaba envidia en todas las mujeres. Con una sonrisa tensa, Verena le dijo a Belinda: «Señorita Thomas, como alguien estrechamente relacionado con el jefe de la familia Thomas, seguramente no codiciaría al hombre de otra, ¿verdad?». Belinda hizo una pausa, atónita por un momento. ¿La acusaban de seducir al hombre de otra? ¿De quién hablaba Verena? Anticipando la dirección de la conversación, Belinda preguntó con cautela: «¿Quién es el hombre que acaba de mencionar?». —Estoy hablando de Lucas —respondió Verena. Belinda, que se lo esperaba, estalló en carcajadas y miró directamente a Verena—. ¿Quién te crees que eres para decirme eso? Verena se mordió el labio y respondió: —Lo digo como la mujer que se casará con Lucas en el futuro. La mirada de Belinda se volvió desdeñosa. —¿En el futuro? Quizá deberías volver a avisarme cuando seas realmente su esposa. Verena miró a Belinda con determinación, advirtiéndole: «Señorita Thomas, seguramente no querrá que la vean como una amante, ¿verdad?». La risa de Belinda resonó, llena de burla. «¿Por qué debería preocuparme, señorita Reed? Después de todo, usted es la que está enredada con un hombre casado». Esas palabras golpearon a Verena como una bofetada. El color se enrojeció y se agotó del rostro de Verena. Belinda ladeó la cabeza, con los ojos llenos de desdén. —Señorita Reed, no está en posición de advertirme. Ignorando la reacción de Verena, Belinda se alejó. La calma que ahora sentía al tratar con Verena era reconfortante. Significaba que poco a poco estaba dejando atrás el pasado. Mientras veía partir a Belinda, Verena apretó la mandíbula con frustración. Tenía que admitir que Belinda tenía razón. Si no se convertía en la esposa de Lucas, sus afirmaciones no tendrían ningún peso. Asegurarse un divorcio entre Lucas y Belinda debería convertirse en su objetivo ahora.
