Capítulo 35: Ryan cambió la conversación hacia Lucas, preguntando: «¿Cómo van las cosas entre tú y Belinda, Lucas? ¿Cuándo va a finalizar el divorcio contigo?». Lucas respondió con calma: «La condición de mi padre es que el divorcio pueda proceder, pero no hasta después de su cumpleaños a finales de este año. El divorcio está en espera hasta entonces». Al oír esto, Verena dijo: «Entonces, ¿estás diciendo que tendrás que esperar un mes entero más?». «Así es», respondió Lucas. Ryan expresó su frustración con un maldito murmullo y dijo: «Esa mujer fea debe haber influido en tu padre. Sabía que no te dejaría ir tan fácilmente». Su enfado aumentó y continuó: «¡Maldita sea, esa zorra tiene mucho descaro!». La expresión de Lucas se ensombreció ante las duras palabras de Ryan. Le clavó una mirada severa y dijo con tono frío: «No quiero volver a oírte hablar así». Lucas encontró inesperadamente irritantes los comentarios despectivos de Ryan sobre Belinda. Ryan, tomado por sorpresa, miró fijamente a Lucas, sin saber si la reprimenda era por la vulgaridad de sus palabras o por la falta de respeto hacia Belinda. Los labios de Verena se apretaron en una delgada línea. ¿Podría ser que Lucas estuviera defendiendo a Belinda ahora? ¿Qué había cambiado desde el regreso de Belinda? Anteriormente, cualquier mención de Belinda parecía no afectar a Lucas, su rostro una máscara indiferente que sugería que ella no tenía importancia para él. Sin embargo, ahora… Belinda parecía capaz de evocar una respuesta emocional en Lucas. Sorprendida por una repentina revelación, Verena preguntó con voz tensa: «Lucas, ¿te estás arrepintiendo del divorcio?». Esta sospecha había ido creciendo en Verena desde el regreso de Belinda al país. Además, había percibido un sutil cambio en los sentimientos de Lucas hacia ella, un cambio inquietante que no podía articular del todo. Solo sabía que la ponía ansiosa. Ante las palabras de Verena, una sombra cruzó los rasgos de Lucas. Desvió la mirada y respondió con calma: «No». Su negación llegó con un ligero retraso, delatando su incertidumbre. Los ojos de Verena se llenaron de lágrimas. «¿O podría ser que… ¿Has desarrollado algún tipo de sentimientos por Belinda?». La expresión de Lucas se tensó. En un tono bajo y decidido, respondió: «¡Por supuesto que no! Mis sentimientos por Belinda son inexistentes». Admitió internamente que enterarse de la demora del divorcio por parte de Harold le había producido una inesperada sensación de alivio, pero creía que no era por Belinda. La razón, creía él, era su propia falta de preparación, inseguro sobre si debía casarse con Verena después del divorcio. Este retraso era simplemente una pausa bienvenida, que le daba tiempo para pensar en el asunto.
