---- Capítulo 9 Las palabras de Yolanda hicieron que los invitados contuvieran la respiración, y la mayoría se apresuró a abandonar el lugar. iPLAF! Las palabras de Yolanda enfurecieron tanto a Carlos que le dio una bofetada. Yolanda se cubrió la cara, mirándolo incrédula. -Para quién actúas tan romántico ahora? -gAcaso me engaíiaste tú solo? ;No fuiste tú quien extrajo al bebé con tus propias manos? Carlos, jrealmente no eres humano! Carlos no respondió a las palabras de Yolanda, sino que la arrastró hacia el elevador. -iSuéltame! Sin importar cuánto luchara Yolanda, Carlos no la soltó. Hasta que llegaron a la azotea. -Carlos, ;qué vas a hacer? Yolanda pareció notar que algo andaba mal con Carlos e intentó retroceder, pero era tarde, Carlos ya habia cerrado la puerta de la azotea. -Sí, nosotros dos pecadores, jexpiemos nuestros pecados aqui junto a Milena y su bebé! Después de decir esto, Carlos saltó Ilevándose a Yolanda consigo. Desde el piso 34, el cuerpo de Yolanda quedó irreconocible. ---- Yo observé cómo saltaban y vi cómo el alma desconcertada de Yolanda se desvanecia poco a poco. Qué suerte tenía, después de hacer tanto mal, pagó todo de una vez. Carlos también tuvo suerte, fue salvado por una plataforma de limpieza que habían dejado los trabajadores en el piso 28. Aunque quedó prácticamente acabado, en estado vegetativo. Vi su alma vagando junto a su cuerpo sin poder entrar. Solo cuando aparecí frente a é! se dio cuenta de que aparentemente no podía volver a su cuerpo. -Milena, zeres tú? ;Has venido a buscarme? No respondí a las preguntas de Carlos, solo lo miré sin expresión. -Milena, vi la sorpresa que me dejaste, realmente me conmovió, gracias. Quizás temiendo que me fuera de repente, intentó agarrarme ansiosamente. Pero lamentablemente, no podía alejarse mucho de su cuerpo, ni siquiera podía dar dos pasos. -Milena, ;aún no puedes perdonarme? Ya me llevé a Yolanda. Negué con la cabeza ante el Carlos que aún no se arrepentia. -Pero, ino fuiste tú la principal culpable? -iSi no hubieras provocado a Yolanda, yo no habria muerto y nuestro bebé no habría quedado sin un cuerpo completo! Carlos, que habia estado ansioso por alcanzarme, se detuvo y me miró con tristeza. ---- -Milena, ; qué tengo que hacer para que me perdones? -Es muy simple... Mirando la mirada esperanzada de Carlos, pronuncié palabra por palabra: -Solo tienes que devolverme a nuestro hijo exactamente como estaba. Carlos se quedó atónito, aparentemente dándose cuenta de que entre nosotros aún habia una pequeõa vida separándonos. -Carlos, cuando extrajiste a nuestro hijo, te maldije para que vivieras solo por siempre y murieras miserablemente, vida tras vida. iParece que funcionó! -Así que quédate así para siempre, viviendo sin estar realmente vVivo. Después de decir esto, me fui, dejando a Carlos Ilorando. No me fui lejos, porque mi suegra me había dado sepultura, me puso una lápida y no paraba de hablar frente a mi tumba. 'Aunque solo me gustaba oir una cosa que decia: -Ah, Milena, no dejaré ir a Carlos tan fácilmente, jlo dejaré como un vegetal para que expíe sus pecados contigo! Si hubiera sido tan razonable cuando yo estaba viva, probablemente habriamos sido una suegra y nuera envidiadas por todos. Pero no importa, parece que mi hijo me está Ilamando. Vuelo rápidamente hacia él. Esta vez, jdéjame ser yo quien te encuentre! ---- iAdiós para siempre, Carlos!