---- Capitulo14 De pronto, me vi sumergido en un panico abrumador. Era como si una parte de mi se hubiera escapado silencioso de mi pecho, dejando un enorme vacio que latia con dolor Los humanos somos criaturas de comprensién tardia. Solo valoramos lo que tenemos cuando ya lo hemos perdido. Comencé a revisar con frenesi sus antiguas publicaciones, aquellos mensajes cotidianos que Isabella me enviaba y que yo apenas habia considerado. En los chats, sus palabras cobraban vida: describia eventos triviales con tal entusiasmo y gracia que no pude evitar reirme ante la pantalla. zHabian sido siempre asi de encantadores sus mensajes? Pero el patrén era bastante claro: largos y tediosos mondlogos de su parte, interrumpidos por mis escasas respuestas, cuando respondia Con el tiempo, sus actualizaciones se hicieron més breves. Luego, esporddicas. Hasta que el silencio se volvié permanente. El deseo de compartir no desaparece; solo encuentra nuevos destinatarios. Sin que yo lo notara, Miguel habia absorbido cada fragmento de atencin que yo por mi estupidez descuidé. Se convirtié en el confidente de sus mafianas Iluviosas, de los nombres que ponia a las plantas del balcdn, de esas pequefias irritaciones que antes me reservaba a mi. Yo, con mi habitual ceguera, lo atribui a simple camaraderia ---- fraternal. Me habia acostumbrado a ser amado. A recibir. A tomar sin dar. Operaba bajo la ilusién arrogante de que ella siempre estaria alli Hasta que el universo me arrancé esa venda con brutalidad: Amaba profundamente a Isabella. Pero Isabella ya se habia marchado. Alejandro también. Opté por un internado, rechazando incluso a los sirvientes. -Puedo cuidarme solo-, dijo con una determinacién que me recordé demasiado a su madre. Ahora, esta mansién imponente solo resuena con mis pesados pasos. Las paredes, en otro tiempo calidas, han absorbido el frio de mi arrepentimiento. Isabella no dejo ni un rastro de si misma: ni un libro olvidado, ni siquiera un perfume persistente, Hasta en esto fue implacable. A veces envidio a Alejandro. Al menos él puede visitar a su madre cada semana, Ilamarla cuando quiera. Yo solo tengo botellas vacias y persistentes recuerdos que me destrozan por dentro. Las imagenes del pasado me acechan una y otra vez: su risa en la cocina, como me miraba cuando creia que no la veia, sus manos arreglando mi corbata antes de reuniones importantes. El remordimiento me devora sin parar. {Cémo pude ser tan ciego? {Tan egoista? ---- Cada noche, el mismo dolor punzante: Tuve al amor de mi vida en mis brazos y lo dejé escapar. Podria haber sido feliz y no lo rechacé. Yo arruiné todo. Hoy, al contemplar nuestra tinica foto de boda, las lagrimas caen sobre el vidrio de! marco. éPor qué no existe un futuro alternative donde pueda advertirle al Diego de hace seis afios? =No la lastimes. No la alejes. No dejes que se vaya. Si tuviera otra oportunidad, la abrazaria tan fuerte que ni la mismisima muerte podria separarnos. Pero la vida no concede redenciones. Ella se caso. Hace apenas unos cuantos meses atin era mi esposa. Mi mente es ahora un completo caos. ¢Cémo llegamos aqui? Comparti la noticia con Alejandro, esperando cquizds? encontrar en él un compatiero de dolor. Pero mi hijo sonrié. -Mamé es feliz con el tio Miguel. Eso es lo que importa. Hasta un nifio de once afios entiende lo que yo me negué a ver: Miguel lo merecia. Yo no. Asisti a la boda. ---- A nuestra boda que nunca tuvimos, pero que Miguel le dio. Alejandro fue el nifio de las arras, estaba orgulloso con su traje miniatura. El vestido blanco la hacia lucir como una pintura renacentista. ¢ Como no admirarla? -Te deseo felicidad -logré decir con firmeza sin quebrarme. -Muchas gracias -respondié, con una sonrisa que iluminé el salén. Esa sonrisa fue mi verdadera sentencia. Ella ha sanado. Yo... Yo seré un fantasma atado a su pasado, condenado a repetir eternamente mis errores en la galeria de mis recuerdos. Este es mi cruel castigo: Saber con dolor que la felicidad existid, que estuvo a mi alcance, y que fui yo quien la mato.