---- Capítulo 5 Punto de vista de Carlos Solo Ilevábamos tres días en Francia cuando Luis comenzó a murmurar sobre regresar a casa. .A decir verdad, yo pensaba lo mismo. Habia algo en ese viaje que no me sentaba bien, nosotros estábamos riendo y bebiendo mientras Sofía estaba sola, enterrada en su laboratorio. Pero Valentina no queria irse, dijo que queria pasar la Nochevieja aqui también. -Yo... =-comenzó Luis, pero lo interrumpí, Como el mayor, mi palabra tenía peso. De hecho, Valentina raramente se oponía cuando yo hablaba. -Valentina -dije suavemente-, todavía tengo algunos asuntos pendientes. Es mejor si nos vamos maíiana Su rostro se ensombreció, no discutió, pero la decepción en sus ojos era inconfundible, -Lo siento -afiadí, extendiendo la mano para revolverle el pelo-. Podemos volver cuando quieras, te lo prometo. Siempre que yo esté libre. Pero ella no sonrió. -Prometiste que nos quedaríamos hasta Nochevieja. -Susurró. Y tenía razón, se lo habia prometido cuando pensaba que Sofía vendria también. Pero no vino, y ahora yo también echaba de menos el hogar. ---- -Valentina -intenté de nuevo, buscando un enfoque diferente-.,; No extraíias a Sofía? Está completamente sola mientras nosotros estamos aqui... En cuanto su nombre salió de mis labios, Valentina estalló. -Lo sabía, nunca me has considerado tan importante como Sofía. Se dio la vuelta y corrió antes de que pudiera detenerla, Valentina estaba muy consentida, eso podía admitirlo. Pero, idecir que nunca la consideré importante? Eso era absurdo. éNo le habíamos dado todo? ; Hasta la habitación de Sofía? La vi desaparecer por el pasillo y por primera vez en mucho tiempo, pensé en Sofía. Al esforzarme tanto para que Valentina se sintiera incluida... chabia dejado a Sofía completamente fuera? zElla pensaba que considerábamos a Valentina más importante? Intenté recordar el último recuerdo significativo que tenía con Sofía... y no encontré nada. Hubo encuentros, claro. Conversaciones sobre el laboratorio, o la logística de los Vásquez. ; Pero algo personal? ; Algo real? Nada. Se habia vuelto más callada con los afios. Después de que Ilevamos a Valentina a casa... después de su decimosexto cumpleaãos... Recordé su resistencia al principio, Sofía no quería que Valentina se mudara. Afirmaba que Valentina no era la hija de Rafael, que era una impostora, por lo que la regaõié duramente. En ese entonces no podía creerlo, mi hermana pequea, la nifia que habia criado prácticamente con mis propias manos, se había vuelto ---- fria y amargada, mintiendo por despecho. Después de eso, cambió. Se volvió callada y dejó de acudir a mí, también dejó de acudir a Luis y Diego. No sé qué pasó entre ellos, pero fuese lo que fuese, dejó su relación peor que la mía con ella. Luis... bueno, Luis siempre fue callado. Pero fue él quien dijo que le debiamos algo a Valentina, que después de lo que le pasó a Rafael, éramos responsables de ella. Sofía no discutió con nosotros sobre Valentina después, simplemente se inscribió en un internado. Cuando le pregunté si era por Valentina, dijo que no, que ese era su trampolín hacia la Liga de Élite. Le creí. Sofía apenas se quedaba en la mansión después de eso, pero sus cosas permanecieron. Con la condición de Valentina empeorando, necesitaba supervisión médica, un seguimiento más cercano. La habitación de Sofía era perfecta: luminosa, espaciosa, y cerca de las nuestras, así que propuse que se la cediera. Sofía montó un berrinche, el más grande desde su decimosexto cumpleaios. Esa pelea casi rompió todo entre nosotros. De hecho, no hablamos durante semanas, y cuando lo hicimos, fue como hablar con alguien que no reconocia. Pero al final, nunca volví a mencionar lo de mudar a Valentina, solo barrimos la discusión bajo la alfombra y fingimos que no habia ocurrido. Ese era nuestro patrón: negar, suavizar y seguir adelante. ---- Justo antes de nuestro viaje a Francia, alguien más propuso dejar que Valentina tuviera su antigua habitación. Había algo en sus ojos cuando dijo que sí, algo demasiado tranquilo, demasiado definitivo, casi parecía alivio. Fue extrafio. -éCarlos? -La voz de Luis me sacó de mis pensamientos-. Tomaré un vuelo esta noche. -Yo también regresaré -dije-. Surgió algo urgente en la oficina. Diego se encogió de hombros. -Bueno, si todos se van, yo tampoco me quedaré. Y así, los cuatro reservamos vuelos de regreso para esa misma noche, De vuelta en la oficina Vásquez, me senté detrás de mi escritorio y consideré Ilamar a Sofía, solo para ver cómo estaba, tal vez me podría dar una actualización sobre el laboratorio de Cuba; había estado allí tanto tiempo como nosotros en Francia, y no habiía escuchado ni una palabra de ella. La Ilamada fue directamente al buzón de voz. Probé con su línea personal, pero nada. Llamé a mi asistente. -;Has sabido algo de Sofía? ;Alguna novedad sobre el laboratorio de Cuba? Mi asistente parpadeó. -; Laboratorio de Cuba? Sefior Vásquez, ese laboratorio se cerró hace más de un mes. El informe de cierre deberia estar en su escritorio. ---- Me quedé helado. -;Cerrado? Entonces, ; dónde diablos estaba Sofía? Llamé a Diego. Contestó, con el habitual ruido de la risa de Valentina de fondo. -iPuedes intentar Ilamar a Sofía? --Pregunté-. No me contesta. Valentina intervino. -Sofía? Probablemente esté enterrada en algún trabajo de laboratorio otra vez. sEso no es lo suyo? é Desaparecer en su pequeão mundo? Diego se rio. -Siempre ha sido así. Sus palabras me irritaron, especialmente las de Valentina. Su tono era demasiado ligero, demasiado despectivo. Algo en mí estalló. -Al menos podrias fingir que te importa -dije friamente-. Es nuestra hermana. Hubo un momento de silencio, luego escuché la voz de Valentina, suave y temblorosa. -;Hice algo mal, Carlos...? -Ella no quiso decir nada malo -intervino Diego, a la defensiva-. Qué te pasa esta noche? zEstás regafiando a Valentina por Sofía? No respondí, simplemente colgué. Pero la inquietud no desapareció, solo se hizo más pesada. Llamé a Luis, quien tampoco habia sabido nada de ella. "iDónde estás, Sofía? zEstás demasiado ocupada para respondernos?" ---- Cuando regresé a la mansión Vásquez, las luces de la sala aún estaban encendidas. Valentina estaba acurrucada en el sofá, viendo la televisión como si nada estuviera mal. -Es tarde -dije-. Deberías dormir. Eran las mismas palabras que siempre usaba, pero esta vez, e| tono era diferente. Ambos lo notamos. -iTe... hice molestar? -Preguntó, parpadeando hacia mí como si fuera un extrafio. No sabía cómo describir lo que sentía, era algo entre el arrepentimiento y culpa, como si hubiera pasado los últimos afios concentrado en asegurarme de que Valentina se sintiera como parte de la familia, solo para olvidar a la hermana que realmente lo era. -Solo estoy cansado. -Murmuré y me di la vuelta. Mi habitación seguía junto a la de Sofía. Por costumbre, pasé frente a su puerta y me detuve. Empujé la puerta para abrirla, la habitación estaba vacia, completamente vacia. Incluso el pequefio vestido de princesa del que una vez me burlé... habíia desaparecido, parecía que nadie hubiera vivido allí nunca. Realmente había empacado todo y lo dijo en serio cuando le ofreció a Valentina que tomara su habitación. Una ola de algo frio y nauseabundo me recorrió. Pánico. Y yo nunca entraba en pánico, pero en ese momento sí. ---- Mirando esa habitación vacía, sentí que había perdido toda conexión con Sofía.