---- Capítulo 6 Punto de vista de Carlos Me senté en mi estudio, con el teléfono aferrado en una mano, mirando la pantalla como si pudiera parpadearme de vuelta. Sofía seguía sin contestar todavía. Iba directo al buzón de voz, una y otra vez. Odiaba la idea de contratar a un investigador privado para encontrar a mi propia hermana, pero a esas alturas, no tenía otra opción. Exhalé bruscamente y toqué la pantalla. -Andrés. -Sefor Vásquez. -Necesito que encuentres a alguien para mí. -Por supuesto. ;Valentina? La suposición hizo que algo en mi pecho se retorciera. -No -dije con tensión-. Mi hermana, Sofía Vásquez. Hubo una pausa al otro lado. -Claro, por supuesto. Dame treinta minutos y te Ilamaré con lo que encuentre. Colgué y me dirigí a la ducha, intentando quitarme la tensión de la piel. No podía haberle pasado nada malo a Sofía. Era fuerte, inteligente y dura como el acero, siempre lo había sido. Cuando Andrés volvió a Ilamar, no tenía la certeza en su voz a la que estaba acostumbrado. -Sefior Vásquez... tengo su ubicación, ---- creo. Pero es... inusual Andrés nunca vacilaba. - Qué pasó? -Exigí saber. zAlguien la lastimó? -No, sefior. Nada de eso. -Hizo una pausa-. Pero según mis fuentes, su hermana Sofía se registró en el complejo del Grupo Morales... y nunca salió Me quedé en silencio, luego surgió la rabia. -zEl Grupo Morales? - Repetí. Con solo escuchar el nombre me ponía la piel de gallina. Era nuestro rival más antiguo, desde el tráfico de drogas, tráfico de armas, hasta cada campo en el que operábamos, ellos eran la sombra de nuestra Ilama -é Qué demonios está haciendo allí? -No lo sé, sefior -respondió Andrés-. Pero le enviaré el número de contacto de su líder, Sebastián Morales. Tenga cuidado, esa família no nada en aguas poco profundas. AAsentí distraídamente, aunque él no podía verme. -Gracias. Esa noche, no dormí. En cambio, sofié con Sofía, atada en alguna cámara subterránea, colgada, torturada, silenciada, sus ojos me acusaban incluso en la muerte. Desperté sudando, con el corazón acelerado y el pecho oprimido. Ya eran más de las ocho. No esperé ni un segundo más, tomé el número de mi escritorio y lo marqué. ---- -Sebastián Morales al habla. -éDónde carajo está mi hermana? -Gruhi alguien, ven por mí, no por ella Si quieres joder con El hombre al otro lado realmente se rio, fue una risa baja y divertida. -Carlos Vásquez. Por fin, empezaba a pensar que no ibas a Ilamar. -Déjate de pendejadas. La secuestraste. -No -dijo con calma-. Tu hermana vino a mi por su cuenta, se ofreció a ser nuestra química más joven. Parece que buscaba un cambio de carrera. Sus palabras me golpearon como un ladrillo en el pecho. -cElla qué? -eNo te lo dijo? -Preguntó con ligereza-. Qué extrafio, pensaría que la família sabria esas cosas. -Estás mintiendo. -Sefor Vásquez, aunque no seamos socios comerciales, debería saber que yo no miento, y tampoco aprecio que me Ilamen mentiroso. Mi mente daba vueltas. iSofía se unió a los Morales? ;Por qué? -Por qué...? -Ni siquiera me di cuenta de que lo habia dicho en voz alta Sebastián sonó casi aburrido. - Escuché que la has tratado como una mierda durante aãos, la ignoraste y la reemplazaste. Dejaste que otra chica ocupara su lugar en la mesa, que tomara la atención que se suponía era suya. ---- Apreté la mandíbula. -Eso no es cierto. -éNolo es? -Yo... -=mi voz flaqueó-. Protegí a Valentina por Sofía. Nunca se lo había dicho a nadie, nunca expliqué las cartas que recibimos, las amenazas anónimas. "Trata bien a Valentina o la policía se enterará de todo". Yo podria haber asumido la culpa. Diablos, estaba listo para hacerlo. Pero ;Sofía? Ella merecía más, merecía un historial limpio y un futuro, uno intacto lejos de las sombras de lo que hicimos para Si caíamos, ella caeria con nosotros, fuera culpable o no. Así que no podia permitir que eso sucediera, no lo permitiria. -Es mi hermana -dije en voz baja-. Prometí protegerla. Y de alguna manera... ella pensó que habia olvidado la promesa, que la habia roto, Y tal vez, sin querer, lo había hecho. -Si no tiene nada más importante que decir - Morales friamente-, tendré que terminar la Ilamada ahora, sehor Vásquez. Espero que disfrute el resto de su dia. -iEspera! -Exclamé-. Por favor... -La palabra se me atascó en la garganta, era mi primera vez suplicando, por cualquier cosa. -Por favor... déjame hablar con Sofía. Puedes tener lo que quieras, solo... déjame hablar con ella Hubo una pausa. ---- Luego respondió. -Me temo que eso no es posible. Ha firmado su contrato y a partir de ahora, Sofía Vásquez es parte del Grupo Morales. De por vida. Sin contacto con extraõos y sin Ilamadas telefónicas, sin excepciones. Me quedé quieto, en silencio. No estaba mintiendo, lo sabía. Porque nuestro mundo, en el que Sofía y yo nacimos, no se trataba con medias tintas. Cuando alguien se unia a un sindicato como los Morales o los Vásquez, firmaban con su vida, su pasado y su nombre. Nuestro negocio no perdonaba errores, y ciertamente no toleraba cabos sueltos. Como si retorciera el cuchillo, Sebastián afiadió. -Me dijo que te llamó, el día que Ilegó. -éQué? -Se me cortó la respiración-. No, ella nunca... -Lo hizo, la vi. Parecia nerviosa, tú contestaste, .no? Fue el jueves pasado, durante la cena. Entonces, Sebastián colgó el teléfono. El jueves pasado. Estábamos en Francia, Valentina había insistido en hacer una barbacoa, así que alquilamos una casa con jardín. Yo estaba ocupado asando la carne, poniendo mesas y confirmando reservaciones. Le dije a Valentina que vigilara mi teléfono, por si acaso. Le dije que me avisara si habia alguna Ilamada. Pero no dijo nada, no me lo contó. Mi sangre se heló. ---- i Valentina... ocultó la Ilamada? Y si lo hizo... uqué más me había ocultado? Antes de que pudiera seguir con ese pensamiento, la puerta principal se abrió. Luis había regresado. Habia volado directamente de vuelta después de que aterrizamos en Nueva York, saltándose completamente la mansión. Y ahora, mientras lo veía cruzar el pasillo y desaparecer en su habitación, me encontré dudando. Si le decía ahora... si le decía que Sofía se había ido para siempr: Llamé a la puerta. -; Luis? -Mi voz fue más baja de lo que pretendia -. Tengo que decirte algo. Abrió la puerta y me metió dentro sin decir palabra. -Escuché algo -dijo con voz tensa, ni siquiera podía mirarme a los ojos-. Algo horrible. Se me revolvió el estómago. -zEs sobre Sofía? Asintió una vez. -Se fue el día que volamos a Francia, tomó un ferry a México y se Ilevó a Miguel con ella. , Qué demonios fue a hacer a México? -Está con los Morales. -Respondí en voz baja Los ojos de Luis se abrieron con incredulidad. -;Los putos Morales? Su voz se quebró. Nunca habia visto a Luis entrar en pánico, ni siquiera cuando enterramos a nuestros padres. Pero ahora, parecía como si el suelo se hubiera hundido bajo sus pies.
