«No nos culpes, Ángela. No queremos que nuestra hija muera así». «¡Te hemos acogido en nuestra casa! Te hemos alimentado y gastado dinero en ti durante tantos años, ¿Y así es como nos pagas?» «Ivy necesita este corazón más que tú. Morirá sin él». Con el último gramo de fuerza que le quedaba, Angela le sacó la aguja del cuello y se la clavó en el pecho, donde el corazón latía ferozmente. «¡Angela!» gritó Nathan furioso, con ojos fieros «¿Por qué has hecho eso? Ivy es tu hermana. ¡Prefieres destruir tu corazón antes que dárselo a ella! Tenía toda la razón al decir que eres una egoísta». Éste es el último recuerdo que tiene antes de morir trágicamente. Angela se sentía como si estuviera ardiendo. ¡Caliente! ¡Hacía tanto calor! De repente, sintió que alguien le besaba los labios, aplastándolos y royéndolos. Intentó apartar a la persona, pero el dolor de su cuerpo la hizo acercarse a él para aliviar su dolor. De repente, su agudo dolor remitió tan rápidamente como había llegado. Ángela abrió claramente los ojos… Poco a poco surgieron vagos recuerdos. Mirando a su alrededor, se sintió confusa. ¿Seguía viva? ¿Por qué estaba desnuda en una cama extraña?