---- Capitulo 20 El tiempo era la mejor medicina. Un afio después, en Navidad, Eiden, que llevaba mucho tiempo de vuelta en Palainy, pisaba por primera vez la habitacién donde vivia Cristina. Gracias a sus érdenes, el interior siempre estaba limpio y cuidado. Ni siquiera se permitia que un pequefio adorno se descolocara de su posicién original, y cada rincén de la habitacién conservaba como antes, como si Cristina acabara de marcharse hace unos minutos. Eiden dio unas vacaciones anticipadas a la criada y él mismo tomé los utensilios de limpieza, con la intencién de limpiar su habitacién por ella. En ese momento llegé la carta; el mensajero que la entregé ya se habia marchado, y solo se reconocfa la procedencia por las letras del sobre. Eiden dio unos pasos hacia el exterior para intentar encontrar al mensajero y confirmar los datos de contacto del remitente, pero tropez6 y solo pudo volver a dentro en vano para leer su contenido. La carta era sencilla, una postal con el texto Feliz Navidad. Eiden recordaba entonces que pasado majiana era Navidad En afios anteriores, pasara lo que pasara, él y Cristina pasaban juntos la Navidad. Pero desde el afio pasado, era el Unico que quedaba. El asistente trajo los utensilios de limpieza que le pidid, y cuando lo vio de pie, inexpresivo, en el umbral de la puerta, leyendo una carta, ---- no se atrevid a molestarle, sino que se limité a ponerse a su lado y esperar. No fue hasta que vio que se movia que pregunt6 con cuidado: - Sefior Eiden, esto es... enviado por la sefiorita Cris? -Si. Eiden sostenia la carta y la foto en la mano con un movimiento muy ligero, como si temiera romperlas La foto estaba ligeramente girada hacia abajo y, por el Angulo en el que se encontraba el asistente, se podia ver claramente a los protagonistas... Cristina y Henry, con sus trajes de Papa Noel, posaban con gracia y carifio con el arbol de Navidad. Ambos estaban claramente haciendo muecas, pero ambos eran adorables. Se acabé. El sefior Eiden deberia estar muy irritado. Pensando asi, la mirada del ayudante hacia Eiden se hizo cada vez més cuidadosa, sin atreverse siquiera a pronunciar palabras de persuasién, por miedo a atraer el fuego si no prestaba atencién. Pero el estado de Eiden era tan normal como siempre. -Cris dice que ahora est muy bien, también dice que en su momento dado estuvo perdida, desesperada e incluso a punto suicidarse, pero justo cuando no podia mds, Henry aparecié y le dio esperanza y la motivacién para seguir adelante. Ala vez que transmitia las palabras de Cristina a su ayudante, lo decia a si mismo... Ella estaba bien, y lo ultimo que necesitaba era su interrupcién, pero sus palabras seguian temblando. ---- Habia pasado un afio y él crefa que estaba saliendo adelante El asistente pregunté con preocupacién: -{Quiere sentarse? Fue entonces cuando Eiden se dio cuenta de que llevaba quién sabe cuanto tiempo de pie, alargé la mano para apoyarse en el borde de la mesa y se sentd en una posicién rigida, con la columna vertebral apretada contra el sofa, como si todas sus fuerzas le hubieran sido drenadas en un instante. -Cris dijo que esperaba que yo también superara pronto la bruma del pasado y encontrara mi felicidad en lugar de quedarme en el pasado, y que realmente sigue respetandome como un hermano. Miré la foto de Cristina e intenté sonreirle, pero no pudo hacerlo. Al final, solo levanto la mano para taparse la cara, ocultando todas sus emociones. El ayudante, temiendo que cometiera el mismo error que hace un afio, sopesé una idea: -Sefior Eiden, deme usted la direccién, solo tardaremos diez minutos y podremos confirmar la localizacién de la sefiorita Caballero, y aunque ya se haya marchado, al menos sabremos dénde ha ido Era el mejor plan que se le podia ocurrir. El corazén de Eiden se agité casi al instante, y levanté la mano para ordenar a su ayudante que hiciera algo al respecto, pero al final se limito a negar con la cabeza antes de soltar la mano para volver a tomar la foto. -No, ella vive la vida que quiere, y yo estoy bien, muy bien: Terminé la frase, luego levanté la cabeza y le dijo a su ayudante, que llevaba afios con él: -Vuelve a casa, que es casi Navidad, pasa ---- mas tiempo con tu familia. El asistente no insistid mas, guard6 sus cosas y se dio la vuelta para salir de la habitacion que guardaba los recuerdos de Eiden y Cristina. Eiden permanecié sentado durante mucho tiempo, y el tiempo se fue volviendo borroso, como si hubiera visto a Cristina empujar la puerta, pero todo era una ilusion Sigui6 frotando con la mano la caligrafia familiar de Cristina. Ella escribié: Feliz Navidad, Eiden. Después de no a saber cuanto tiempo, él mismo sacé papel y boligrafo y escribié una sencilla carta de respuesta: Feliz boda, Cris. (Fin)