---- Capítulo 9 Oliver y Diego buscaron mi rastro como locos. Al final, rastrearon el origen de aquella recompensa y llegaron a la casa del anciano. Pero ir a las Tierras Invernales era una misión secreta de la manada de hombres lobo. Para guardar el secreto, el anciano no tuvo más remedio que negarles la entrada. Oliver y Diego esperaban frente a su puerta cada día, hasta que una gran nevada cayó. Ambos cayeron inconscientes en la nieve. El anciano conocía lo que había pasado entre nosotros, así que no reveló mi paradero, limitándose a negar con la cabeza una y otra vez. Hasta que Oliver, apoyándose en el marco de la cama, se arrodilló ante él y suplicó entre lágrimas: --Solo queremos disculparnos... Solo verla una vez mMás... El anciano suspiró y finalmente dijo: ---- - Esperad un tiempo. Si todo va bien, ella regresará. Pero sí no... No terminó la frase. Miró a Oliver y Diego, petrificados, y murmuró en voz baja. - Si la amaban tanto... ;Por qué la trataron así? En la habitación estrecha y gélida, solo quedaron los sollozos ahogados de Oliver y Diego. El anciano negó con la cabeza y salió de la habitación. é De qué servía el arrepentimiento? Ni siquiera él sabía si Jessica regresaría sana y salva o no. AA Después de veinte afios, yo, habiendo cumplido la misión, salí de las Tierras Invernales. Por fin había cumplido la voluntad de mi madre: proteger a la manada del lobo, asegurando al menos cien afios de paz frente a las amenazas del invierno. No regresé a la Familia Blanco. En cambio, fui a visitar al anciano. Nada más llegar, lo vi al primer momento, estaba ---- horneando un pastel de pifia, preparándose para cumplir la promesa que hicimos veinte ahos antes. Al verme llegar sana y salva, me reconoció, me tomó de la mano y me guió hacia su jardín. -iMi heroína! jLa heroína de nuestra manada ha regresado! Pero entonces, a lo lejos, distinguí dos figuras familiares. Estaban allí, mirándome con asombro e incredulidad, los ojos Ilenos de lágrimas. El anciano siguió mi mirada y suspiró con pesadumbre: -Todos estos afios, han venido cada día, esperando cerca de mi casa. Temían perderse cualquier noticia tuya. -Tlessica, esa huérfana que te hizo dafo... ya la expulsaron de la manada. -éQuieres volver a la Familia Blanco? éáLa familia Blanco? Esas palabras sonaban en chiste del pasado. ---- Yalas había abandonado mucho antes de convertirme en heroína. - -No quiero -respondí, sonriendo, sin prestar atención a la expresión devastada de Oliver y Diego. - Para una heroína, cualquier rincón pacífico y hermoso de las tierras de los hombres lobo es mi hogar. -iBien! -E] Anciano también sonrió, me llevó dentro de su casa y dejó atrás las caras desesperadas de Oliver y Diego. Juntos disfrutamos del delicioso pastel de piha, celebrando mi gloria y mi renacer. (Fin)
