---- Capítulo 5 Carlos agarró el altavoz y lo lanzó hacia afuera, esta Vez con una expresión de desdén en su rostro. -Es molesto, lo voy a tirar. - No es necesario tirarlo, realmente no me importa. - FEn el momento en que el altavoz estaba a punto de ser arrojado, extendí la mano para detenerlo y suspiré. - Amor... - -De todos modos, ustedes dos van a estar juntos, tirarlo solo la enojará. Después de decir esto, la expresión de Carlos se volvió pálida. Miré por la ventana, distraída por el paisaje. Al llegar a casa, Carlos me dijo que había reservado boletos para Edimburgo en noviembre. - éNo has querido siempre ir a Edimburgo a ver la nieve? Durante este tiempo, cuídate, iremos en noviembre, ya tengo todo arreglado. Antes, siempre anhelaba dejar de lado todo el trabajo y escaparme con la persona que amaba a Edimburgo, pasar medio mes disfrutando de la vida. Pero tras ---- cinco afios de matrimonio, cada vez que mencionaba esto, Carlos decía que mis ideas eran infantiles, simples e irrealistas. Incluso hace un afo, un buen amigo mío abrió una agencia de viajes y me invitó a unirme a un tour a Edimburgo. Cuando Carlos escuchó sobre mi plan, sin consultarme, canceló mi boleto y me reprendió con frialdad. -PVioleta, ipor qué siempre tienes que meter a otros en problemas? iNo sabes que tus acciones afectan el negocio de tus amigos? Además, facaso nuestro país no es bonito? ;Por qué es necesario viajar al extranjero? En realidad, sabía muy bien que todo esto había surgido porque Celia había llamado a Carlos Ilorando. Ella decía que me envidiaba por ser una mujer económicamente independiente y por lIlevar la vida que ella deseaba, mientras que solo podía mirar cómo viajaba y disfrutaba. Carlos, compadecido, había cancelado mi viaje para consolarla. -Tengo todo planeado, tengo amigos por allá, les pediré que nos organicen una casa de antemano. - Carlos me contaba sus planes con entusiasmo-. Si no ---- te gusta la casa que mi amigo organice, buscaré a alguien más para organizarla. - Anula el billete de avion. - murmuré con los labios apretados. - Qué? -PCarlos, viajar contigo solo hará que pierda todo el interés. -Lo miré fríamente, sin expresión en mi rostro- . Estás molestándome, tus acciones solo afectarán mi humor y mi capacidad para ganar dinero. Repetí las palabras que él mismo me dijo anteriormente. Carlos palideció, abrió la boca, pero no pudo decir nada y me miró boquiabierto. Me giré y entré en la habitación de invitados, cerrando la puerta con un golpe. Al despertar al día siguiente, Carlos ya había ido a trabajar. Pedí al abogado que trajera el contrato de divorcio. Después de firmarlo, lo dejé sobre la mesita de centro y me marché con mis maletas empacadas. Durante estos tres días de hospitalización, no estuve parada. Organicé todo. A la tarde, el avión aterrizó. Apenas encendí mi teléfono, mi teléfono se 1Ilenó de decenas de 1Ilamadas no contestadas de Carlos. No ---- respondí, solo le envié dos mensajes en silencio. [Firmó el divorcio, nos paramos bien.] [Si no lo firmaste, mi abogado presentará una demanda por divorcio.) Llegué a la sucursal y me sumergí rápidamente en el estado de trabajo, inmersa completamente en mi labor. Dos días después, Carlos voló a la ciudad de Mar. Llevaba un gran ramo de rosas y contrató a dos personas para tender una pancarta que decía [Violeta, mi amor, por favor perdona]. A pesar de que los guardias se lo 1Ilevaron, Carlos permaneció afuera de la empresa. Como había informado a mis empleados durante una reunión que a quien dejara entrar a Carlos, les despedía sin miramientos, mis empleados evitaban a Carlos al entrar y salir del trabajo. Carlos solo podía quedarse afuera del edificio para bloquearme, durmiendo y comiendo allí, por las noches y por las mahanas. Al tercer día, cuando la temperatura en la ciudad de Mar cayó bruscamente, Carlos, acostumbrado a una vida de comodidad, finalmente no pudo soportar este ---- castigo autoinfligido y se desmayó en el lugar. Los guardias lo Ilevaron de inmediato al hospital. Después de despertar, lo primero que Carlos hizo fue llamar a la policía para forzar mi aparición. Delante de la policía, con el contrato de divorcio en mano, todavía no le di una buena cara. - Fírmalo, nos paramos bien. Carlos se sentó en la cama del hospital, y sacudió su cabeza con lentitud y dijo débilmente: - No lo firmo, mi amor, he terminado con Celia, le he dicho que no venga a verme más. Realmente no estamos en contacto, ;puedes perdonarme? Por supuesto que sabía que él había terminado con Celia. Después de todo, hace cinco días, Celia estaba como una persona enloquecida, enviando mensajes sin descanso para maldecirme. [Violeta, ifueron tus órdenes para que Carlos se separara de mí? Es lógico que ni el destino puede soportarlo y te hizo abortar.] [Mujer a mujer, ;por qué hacerle la vida difícil? ; Cómo puedes ser tan insensible?] ---- [Jaja, realmente eres muy astuta, forzándolo a buscarte activamente, aparentemente subestimé tu capacidad.) Mi mirada tranquila sobre sus mensajes histéricos, le respondí con calma. [Para ser honesto, realmente espero que estés juntas para siempre, si puedes convencerlo para que firme el divorcio, estaré muy agradecido.) Otra semana después, Beatriz me llamó. Dijo que después de que Celia fue abandonada, bloqueó la puerta de Carlos, gritando y 1Ilorando para verlo. Carlos no quería verla, Celia, enloquecida, corrió a patear la puerta en medio de la noche, haciendo que los vecinos Ilamaran a la policía, diciendo que alguien estaba rompiendo su casa y haciendo ruido. Cuando la policía llegó, Celia, con los brazos cruzados y una actitud desafiante, dijo que la casa era suya. Romper la puerta no contaba. Y como para el ruido, con su espesa piel, naturalmente no lo admitiría. Los vecinos no tuvieron más remedio que volver a su casa. Al día siguiente, cuando Carlos salió, descubrió que su puerta estaba cubierta de excremento de perro por los vecinos. Esa noche, no pudo soportarlo y se ---- mudó directamente de allí. - FCarlos, no tengo sentimientos por ti, verte solo me hace sentir enferma. En cuanto a tú y Celia, incluso si tú dos tenéis relaciones sexuales frente a mí, no me importaría, ahora solo quiero divorciarme de ti. -le dije con frialdad. Carlos me miró boquiabierto, con una chispa de emoción herida en sus ojos. - No quiero divorciarme, mi amor, équé más necesito hacer para que me perdones? iTe arrodillo? Bajo la mirada sorprendida de la policía, Carlos, con dificultad, se levantó de la cama del hospital. Se arrodilló ante mí y se dio una bofetada. La bofetada lo dejó con la cara roja y un ligero sangrado en la esquina de su boca. - Mi amor, te lo ruego, no puedo vivir sin ti. Su voz suplicante resonó en la habitación silenciosa, y las enfermeras que pasaban por el pasillo se detuvieron, viendo conmocionadas la escena. Mi mirada tranquila sobre sus lágrimas de cocodrilo. Esa noche cuando descubrí por primera vez su affaire ---- con Celia, también lo supliqué.