---- -Diego, esta bien. -Dijo en voz baja. -Si tu hermanita estd tan molesta con mi presencia, encontraré otro lugar donde quedarme. gHermanita? La palabra hizo hervir mi sangre. Esa mujer se atrevia a llamarme asi en lugar de reconocerme como su pareja. =No lo toques. -Adverti. -Y no soy su hermanita. Soy su pareja... al menos por ahora Oscar avanz6, colocdndose de manera protectora frente a Raquel Su pequefio rostro se contorsionaba con una furia que nunca antes habia visto. -iYa deberias romper tu relacién con mi papa! -Me gritd. -jLa que debe irse eres tu, no Raquel! Sus palabras me golpearon como pufialadas, pero me negué a mostrarlo. El rostro de Raquel se ilumin6 al escuchar a Oscar. No pudo contener la sonrisa que se extendié en su rostro. -{De verdad vas a romper el vinculo? -Pregunt6, con su voz temblando de emocién apenas contenida Diego le lanz6 una mirada de advertencia. -No, no le hagas caso a las tonterias de un nifio. -Me dijo, con un gesto despreocupado. -iNo son tonterias! -Grité Oscar, su rostro poniéndose atin més rojo. -jPap, échala de aqui! jLa odio! Crucé los brazos sobre mi pecho, una mueca burlona formandose en mis labios. No tenian ni idea de lo que les esperaba. El sonido de vehiculos deteniéndose frente a la casa rompié la ---- tensi6n. Se escucharon pasos pesados acercandose a la puerta, seguidos de golpes autoritarios. -jGuardia de la Manada! jAbran la puerta! Caminé tranquilamente hacia la entrada y abri. Tres guardianes uniformados se encontraban en el porche, sus rostros serios. -Dra. Valdés. -Me salud6 con una inclinacién respetuosa el lider, un lobo corpulento llamado Marcos. -ZRecibimos su llamada sobre intrusos? -Si, Le respondi, haciéndome a un lado para dejarlos entrar. - Estas tres personas han invadido mi hogar. Quiero que las retiren de inmediato. Diego dio un paso adelante, con la rabia emanando de su cuerpo. -iEsto es ridiculo! Yo vivo aqui! jEsta también es mi casa! Raquel se unié a él, recuperando su mascara de inocencia. -Debe haber un malentendido, oficiales. Nosotros no hemos. irrumpido en ninguna parte. Oscar, aun apoyandose torpemente en su pierna buena, me sefialé acusadoramente. -jEsta es la casa de mi papa! jElla fue quien entro por la fuerza! j Deberian arrestarla! Marcos nos miré a todos, claramente confundido. -Sefior, sefiora, esto es una disputa doméstica? Quiza deberiamos. =No. -Io interrumpi con firmeza. Meti la mano en mi bolso y saqué una carpeta, extrayendo el titulo de propiedad. ---- -Esto no es una disputa doméstica. Esto es un caso de allanamiento. Le ensefié el documento. -Abra bien los ojos y vea de quién es esta casa. El oficial revis6 cuidadosamente la escritura, sus cejas se alzaron ligeramente. La pasé a sus colegas, quienes asintieron en sefial de confirmacion. -Esta propiedad esta registrada unicamente a nombre de Olivia Valdés. -Declaré Marcos, girandose hacia Diego y Raquel. -Sefior, si la Dra. Valdés desea que ustedes se vayan de su casa, deberan cumplir con su solicitud
