---- Capítulo 10 Mi hermano cerró los ojos con la mandíbula tensa. -é Qué hay de la casa? -También encontré grabaciones de las cámaras de vigilancia fuera de su propiedad de hace tres días. El collar fue arrojado por una ventana del segundo piso a las 3:42 de la tarde. El ángulo de la cámara no muestra quiénlo lanzó, pero coincide con el momento en que Selena afirmó que su hermana la atacó. -íéY la versión de mi hermana sobre que Selena tenía el collar? - Coincide con nuestros hallazgos, he enviado gente a buscar en el área donde habría caído, pero han pasado varios días con lluvia intensa. No estoy seguro si lo encontraremos. Lo siento, Alfa. La expresión de mi hermano se desmoronó, aunque luchó por mantener la compostura, su entrenamiento de Alfa se manifestaba incluso en ese momento. -Entiendo. Una cosa más, sé que ocurrió hace tiempo, pero necesito que lo investigues a fondo. Se trata del incidente de la noche de graduación que envió a mi hermana a rehabilitación. Necesito todo: declaraciones de testigos, grabaciones de cámaras si existen, informes ---- médicos. Todo. -Eso fue hace más de dos afios, pero haré lo posible. -Lo que cueste, lo que sea necesario. Después de terminar la Ilamada, mi hermano se derrumbó por completo. La cuidadosa compostura que había mantenido se deshizo como papel mojado. Se deslizó por la pared hasta el suelo, aun aferrando el oso de peluche, incapaz de procesar la magnitud de la traición. Me pregunté si estaba pensando en cómo, en mis últimos momentos antes de hundir la daga de plata en mi pecho, había esperado desesperadamente una sola frase de él: "Tecreo". Pero nunca la dijo, esa validación nunca Ilegó y fue la gota final que me quebró después de soportar tanto. Con manos temblorosas, mi hermano siguió revisando las cosas que había dejado atrás. Cuando descubrió los pedazos de papel doblados que había escondido dentro de la costura rota del oso de peluche, desdobló cada uno con cuidado, leyendo las súplicas desesperadas que había escrito durante mi tiempo en el centro de rehabilitación. La primera nota estaba manchada con lo que podrían ---- haber sido lágrimas o sangre: "Hermano, jquiero volver a casa! jMe duele tanto! j|Hermano! Mi cuerpo está cubierto de heridas. Son horribles y duelen muchísimo. j Por favor, ven por mí!"' La segunda, escrita con letra más temblorosa: "" Hermano, évoy a morir aqui? Quiero comer algo de verdad. Me han encerrado en una habitación ardiente durante dos días, como castigo. Tengo tanta sed, tanta hambre. Las llamas están por todas partes que cuando abren la puerta, creo que estoy alucinando." Otra, en el reverso de un recibo de medicamentos: " Hermano, écuándo me lIlevarás a casa? De verdad, no la lastimé. Lo juro por la memoria de mamá y papá. Por favor, créeme." Las notas se volvían más desesperadas: "Hermano, é dónde estás? éPor qué ya no me quieres? éPor qué me has abandonado? é Qué hice que fue tan imperdonable?" "Hermano, duele muchísimo. Tengo fiebre de 40 grados. El cuidador me obligó a beber medicina con plata, diciendo que 'calmará a mi loba'. Estoy agonizando, creo que podría estar muriendo." "Hermano, me azotan con látigos de plata cuando desobedezco. Duele tanto. Prometo que nunca más desobedeceré, seré perfecta. Solo ven por mí, por favor." ---- "Hermano, casi muero ayer, me ataron a una cama eléctrica para la 'terapia'. Vomité del dolor y casi me ahogo, pero nadie me ayudó, solo miraban." "Hermano, no quiero ir más a la sala de aislamiento. Es aterrador. Ese cuidador, Mauricio, es un depredador que viene por las noches. Duele tanto y no puedo defenderme. Por favor, ayúdame. "Hermano, de verdad no lastimé a Selena. No entiendo por qué no me crees. éQué hice para que me odies?" "Hermano, équé tengo que hacer para que me creas? é Necesito morir? fEso finalmente te convencería?" La última nota, fechada apenas una semana antes de mi liberación: "Hermano, ipodré volver alguna vez a casa? é O mi hogar se ha perdido para siempre? No creo poder sobrevivir mucho más, lamento no haber sido la hermana que querías." Vilas manos de mi hermano temblando incontrolablemente mientras leía cada nota, el color abandonó su rostro hasta que parecía un fantasma bajo la tenue luz del ático. Las leyó una, dos, tres veces, como si esperara que de alguna manera, las palabras cambiaran. Conlos ojos enrojecidos, finalmente echó la cabeza ---- hacia atrás y dejó escapar un aullido agónico que sacudió la casa hasta sus cimientos: el grito primario de un lobo que ha descubierto que destruyó lo que más apreciaba. -FCielo, mi Cielo -sollozó, apretando las notas contra su pecho- . éQué he hecho? Diosa de la Luna, équé le he hecho a mi hermanita?
