En la oscuridad, la silueta de dos figuras vagaba entre las sombras.
Hannah Song miró al hombre que se ocultaba en la oscuridad con ojos vacíos y preguntó: «Brian… Mmm… ¿Me quieres?».
No se oyó ninguna respuesta. El hombre no detuvo su movimiento rítmico.
A Hannah le costaba concentrarse, pero no podía desaprovechar la ocasión. Era su oportunidad perfecta para conseguir la promesa más esperada mientras Brian se perdía en el placer de hacer el amor. «Brian, ¿Quieres… casarte conmigo?».
“Claro», respondió Brian Long en voz baja y seductora, lo que le dio una sensación de frialdad casual. Su tono sonaba ligeramente opresivo en aquella habitación oscura con una atmósfera sutilmente extraña.