---- Capitulo 6 Miguel cumplié su palabra. Su habilidad culinaria era excepcional; incluso con un simple caldo lograba crear maravillas. Gracias a él, sentia que mi cuerpo se habia recuperado bastante en este tiempo. Cuando iba por mi tercer tazén de caldo hoy durante el almuerzo, Miguel me detuvo Sonrié entrecerrando los ojos: -{Aprovechando mientras hago el jugo para comer a escondidas, pequefia glotona? Viendo que mi plan fracasé, dejé el tazén en el fregadero con desdnimo. El abandon6 la fruta a medio cortar y se acerco: -Yo lavo el plato, ve al sofa a ver television. Asenti sin entusiasmo. De repente, me agarré y me atrajo hacia él, quedando atrapada entre la encimera y su cuerpo. -{Te enfadas conmigo porque no te dejo tomar mas caldo? No respond, solo hice un puchero mirando hacia otro lado. Solté una risa: -El médico dice que a partir de mafiana puedes comer comida normal. Te llevaré a probar la comida brasilefia. Mis ojos se iluminaron: -{De verdad? -De verdad. ---- La expresion de Miguel era carifiosa. Me solt6, me dio una palmadita en la espalda y me mandé al sofé mientras él seguia ocupado en la cocina Sentada en el sofé, comencé a jugar con la tarjeta bancaria que mis padres me habfan dejado. Mas que el dinero para sobrevivir, era un recuerdo. De repente senti que era una nifia bendecida. Su amor nunca me habia abandonado; incluso antes del accidente, ya estaban planeando mi futuro. Miguel era como un regalo de ellos. Guardé la tarjeta. Si era mi dote, debia conservarla bien En la television estaban transmitiendo noticias. Después de una pausa musical, vi un titular impactante: "La hija del grupo Martinez, tras ser secuestrada, regresa descalza al centro de la ciudad, con aspecto demente, irreconocible." Apagué la televisién de golpe. Mi respiracién se aceleré, pero me repet/ en silencio que todo habia pasado, que nunca volveria a ver a esas personas, nunca volveria a ver a Carlos. Después de un largo rato, mi corazén finalmente recuperé su ritmo normal. En ese momento son el timbre. Supuse que serfa algun paquete que Miguel habia pedido, pues desde que me mudé, todo en el loft habia sido disefiado y arreglado por él Sin pensarlo mucho, me levanté para abrir la puerta, pero afuera vi a la persona que menos queria ver. Sofia, con varias bolsas de frutas, me sonrié radiante al verme: ---- -jSefiorita Diaz! He oido que estuvo hospitalizada recientemente. Vine especialmente a visitarla Le pregunté friamente: -{Cémo lo supiste? Sofia fingié pensar y adopté una expresién inocente: -Por supuesto que me lo dijo el sefior Martinez. Pum, pum, pum... Mi coraz6n latia como un tambor. ~éComo lo sabia Carlos? {Me estaba vigilando? Si Sofia conocia mi direccién, gsignificaba que él también la conocia? ¢Vendria a buscarme? -Largate... -logré articular, intentando cerrar la puerta. Pero Sofia la bloque6. Tras ser insultada, finalmente dejé caer su mascara y su mirada se volvié venenosa: -Laura, el sefior Martinez ya conoce tu direccién. Serd mejor que te mudes pronto y dejes de perseguirlo descaradamente. =No lo estoy haciendo Sofia solté un resoplido: -{No? £Te dolié mucho lo que te hicieron los secuestradores? He oido que usaron palos, latigos, e incluso esa rizadora que llevabas en tu bolso. Aplicada sobre la piel debe doler muchisimo, gverdad? Te dieron comida podrida que ni los perros comerian, pero ti te la tragaste. Mis pupilas se contrajeron bruscamente. Apenas podia